lunes, 14 de enero de 2013

Doble ciego

De vez en cuando publico mis desvaríos en Merindad, una revista tafallesa, y en más de una ocasión he atacado en alguno de ellos a las mal llamadas medicinas alternativas. Es lo que tiene vivir en una población donde todo el mundo se conoce: que de vez en cuando se me ha acusado de ser un "talibán de la ciencia", un vendido a las grandes farmacéuticas o simplemente un poseedor de una mente cerrada. Así que mi último artículo ha ido destinado a tratar de explicar la diferencia entre la medicina y la pseudomedicina:

En más de una ocasión he hablado por aquí de lo que mucha gente considera medicinas alternativas y que yo califico como pseudomedicinas. Etiquetar a estas técnicas de una u otra manera no es lo mismo, claro está. Quien opta por la primera da por supuesto que constituyen una opción válida, por muy alternativa que sea; al fin y al cabo, el cine alternativo no deja de ser cine, ¿verdad? Lo de pseudomedicinas es otro cantar, porque implica despreciarlas por falsas e inútiles. ¿Por qué algunos –lo que nos cuesta ser acusados de radicales- insistimos en ello?
La respuesta está en el doble ciego, una técnica muy adecuada para comprobar si algo –una sustancia, un masaje, clavar agujas, una imposición de manos- tiene un efecto positivo sobre la salud o no. Para entender su funcionamiento conviene saber que una correcta comprobación requiere de un grupo control. Suponga que compra un abono para sus geranios y quiere saber si realmente funciona. En ese caso puede aplicarlo a la mitad de sus macetas; la otra mitad le servirá como referencia; el abono funciona si las plantas crecen mejor, ¿cierto? En medicina, sin embargo, conviene ser más cuidadosos. Imaginemos ahora que queremos probar si un nuevo fármaco funciona adecuadamente frente a una enfermedad. Para ello se elige un número alto de enfermos y se hacen al azar dos grupos similares. Uno de los grupos recibirá el fármaco, el otro un placebo (azúcar, por ejemplo) con exactamente el mismo aspecto; una píldora similar para todos, digamos.
Hay un paralelismo con el experimento de los geranios pero con dos diferencias muy importantes. En el caso de las plantas del balcón quien hace la prueba sabe a qué macetas añade el abono y a cuáles no. Sin embargo, ni los pacientes saben a qué grupo pertenecen ni quienes les dan las píldoras saben si están suministrando fármaco o placebo. A este tipo de ensayos se les conoce, precisamente por eso, como doble ciego. Así se evita el sesgo del experimentador, que no deja de ser una persona con sus ambiciones y con ganas de tener razón, o simple y llanamente para evitar que haga trampa, que hay gente para todo. Durante el ensayo los sanitarios llevan un registro exhaustivo de la progresión de la enfermedad, apuntando para cada enfermo el número del envase que contenía sus píldoras. La correspondencia entre el número del envase y su contenido (fármaco o placebo) es custodiada por terceros, información que se revela cuando termina el análisis de la evolución de los pacientes. Es ahora cuando se compara la evolución de los dos grupos. Solo en el caso de que el fármaco demuestre significativamente una mayor eficacia frente a la enfermedad que el placebo podremos asumir que tiene efectos terapéuticos.



La segunda diferencia es que a los geranios no les pusimos “abono placebo”. En un ensayo clínico es imprescindible administrar placebo al grupo control, ya que cuando un paciente cree que está siendo tratado con un método efectivo –pero que no lo es- tiene una probabilidad muy alta de mejorar. Se trata del efecto placebo, una de las muchas peculiaridades de la compleja mente humana. Quienes somos padres lo conocemos bien: una cucharadita de agua azucarada (“tómate este jarabe”) es mano de santo cuando las tripas no dejan conciliar el sueño de una criatura. Por eso, en muchos ensayos doble ciego los del grupo placebo mejoran (y aseguran que “a mí me ha funcionado”, ¿me siguen?). Si el grupo al que se le administra el fármaco mejora pero no más que el grupo “tratado” con placebo, la conclusión es evidente: el fármaco no es tal, no sirve. Sencillo, ¿verdad?
Y aquí está el quid de la cuestión: la medicina científica (o simplemente medicina) demuestra, y se le exige demostrar, una mayor efectividad que el placebo en ensayos doble ciego rigurosamente controlados. Cualquier terapia o técnica diagnóstica que supera este filtro es aceptada como válida porque ha demostrado serlo. Mejorar el efecto placebo es algo que nunca, ni una sola vez, ha sido conseguido por ninguna de las siguientes (y no están todas las que son): acupuntura, cromoterapia, ayurveda, biomagnetismo, iridología, reflexología, flores de Bach, quiropráctica, osteopatía, reiki, toque terapéutico, bioenergética, medicina ortomolecular, magnetoterapia, cristaloterapia, homeopatía, sanación espiritual… Son simple y llanamente pseudomedicinas y, aunque suene pedante, esto no es una opinión, es un hecho. Si usted cree que funcionan, recuerde el efecto placebo.
Salud.

10 comentarios:

  1. Añadiría, como una pseudociencia importante que no mencionas, al psicoanálisis (que no sólo no supera, en algunos casos, al efecto placebo, sino que incluso se habla de efecto nocebo, en otros).
    Un post muy interesante.
    Saludos

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  2. Muy bien explicado.
    Estas disputas las tengo continuamente y creo que les voy a pasar el enlace a este articulo.
    Gracias

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  3. Explicación ejemplar, sin lugar a dudas.
    Sin embargo, muchas veces la medicina ("científica", aunque sea redundante) desprecia este efecto placebo: no me cabe la menor duda de que muchas veces, éste sería suficiente para sanar muchas dolencias, evitando así los efectos secundarios de muchos (si no todos) los tratamientos médicos. Creo que ahí los profesionales médicos han de encontrar una forma de introducirlos en el tratamiento de ciertos males.

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  4. Hola:
    Me ha sorprendido ver a la osteopatía metida en el mismo saco de todas esas pseudomedicinas. Hablo mucho con osteópatas, conozco sus prácticas y filosofía y no he detectado tendencias pseudoracionales. Lo malo es que si consideramos a la osteopatía como una pseudomedicina tendremos que hacer lo mismo con la fisioterapia, pues a grandes rasgos viene a ser un subconjunto de entre las técnicas que realizan los osteópatas.
    Por cierto, que este informe de 2011 que encargó el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad describe detalladamente (100 páginas) un montón más de terapias de este tipo:

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    1. De la web del Registro de osteópatas de España (http://www.osteopatas.org/definiciones.php):

      "Se basa en los Principios que formuló su precursor: el Dr. A. T. Still (1828-1917)...
      Fíjese: un 'creador', al estilo de Hahnemann con la homeopatía, ya hace que salen las alarmas. Pero hay más:

      "Se trata de una Terapia únicamente Manual; totalmente complementaria con la medicina alopática o convencional..."
      Caramba, una terapia 'complementaria' de la medicina 'alopática'. Términos ambos (complementaria, alopática) utilizados por los practicantes de las pseudomedicinas. Un médico (de los de verdad) nunca califica la medicina (la que de verdad funciona, con todos su defectos) como alopática. Nunca califica una pseudomedicina como 'complementaria'.

      "Mediante la Osteopatía ayudamos a re-equilibrar el organismo..."
      ¿De qué tipo de médicos es la idea de que las enfermedades y otros trastornos son debidos a una pérdida en el equilibrio del organismo? De los pseudomédicos, correcto.

      "El osteópata ve al paciente como un todo en el que mente, cuerpo y espíritu interactúan y se relacionan recíprocamente..."
      Creo que es suficiente, ¿y usted?

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  5. Hola de nuevo:

    Yo no, creo es un análisis demasiado grueso de un tema que exige hilar más fino. Sigo opinando que no cabe meter en el mismo saco homeopatía, por ejemplo, y osteopatía. En cualquier caso, tenemos entonces un problema con la fisioterapia, que parece no negarle su derecho a ser, mientras esté dentro de su ámbito (https://www.cfisiomad.org/pdf/Resolucion_2-2009_aprobada_Osteopatia.pdf).

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  7. ¿No hay un método más "cientifico" para probar que un tratatamiento cura? El uso del doble ciego para descartar el efecto placebo sólo reafirma la ignorancia acerca del verdadero mecanismo del que se vale una droga para curar. Que se exija diseñar y llevar a cabo una experiencia masiva con un doble ciego antes de aprobar un medicamento sólo reafirma la ceguera con la que la medicina alopática opera. Que un paciente reciba o no beneficios de un tratamiento no es suceptible de ninguna medida estadística. Su caso es específico y responde a una lógica binaria. Que muchos individuos reciban o no beneficios de un tratamiento es tambien muy complejo de evaluar estadísticamente ya que cada individuo es eso, una individualidad, por historia, por genética, por grado de desarrollo de la enfermedad, etc.. En consecuencia la muestra para un doble ciego carece de la homogeneidad requerida para validar un tratamiento por la innumerable cantidad de variables fuera de control. Para mi todo esto constituye una verdadero dilema que espero poder dilucidar sin prejuicios o verdades dogmáticas.

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    1. El doble ciego es una herramienta "más" dentro del ensayo clínico aleatorizado y controlado (ECAC), y de momento es lo mejor que tenemos para probar si un tratamiento médico funciona ,y si está metodológicamente bien diseñado y realizado es muy efectivo. Otra cosa, en el ECAC no se tiene en cuenta, porque no hace falta, el mecanismo de acción, no sirve para averiguarlo y no se usa para eso. Más, el ser humano es lo suficientemente parecido en su funcionamiento biológico como para encontrar grupos lo bastante homogéneos para su estudio, y aquí es donde la estadística hace su labor.
      Busca en internet para enterarte un poco sobre qué son y cómo se manejan las variables de investigacion, que también estás muy perdido.
      Lo curioso es que siendo esto del ECAC (que incluye el doble ciego) un método tan científicamente defectuoso como dices, las pseudociencias insisten e insisten e insisten en validar sus teorías utilizando el ensayo clínico, y además de manera defectuosa o fraudulenta.Que pelmas.
      Les has preguntado a los alternativos-complementarios-integrativos ¿por qué se empeñan en utilizar el E.clinico?
      Solo desearte sinceramente,que satisfagas tu inquietud de "dilucidar sin prejuicios o verdades dogmáticas." el asunto que te preocupa. Sinceramente.
      Venga.

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  8. 7 estudios doble ciego controlados por placebo
    http://biomagnetismodrcarlosgibaja.blogspot.com.es/2015/06/artrosis-investigaciones-con-terapia.html

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