"No olvides que la ciencia nos proporciona una forma de pensar racional, que modifica nuestro mundo a pasos agigantados y que, además, es bella". Ciencia para Nicolás
miércoles, 31 de marzo de 2010
Plasticidad ecológica
- Nombra una especie con plasticidad ecológica, y explica por qué tiene esa característica.
- La patata, porque con ella se fabrican bolsas ecológicas.
martes, 30 de marzo de 2010
Increíble multiplicación... por división
Las bacterias del género Beneckea, que viven en el mar, pueden causar gastroenteritis si son ingeridas por una persona. A los 37 ºC propios de nuestro interior se dividen cada diez minutos, aproximadamente. Dicho así es posible que no parezca muy llamativo. Pero te sorprenderás si calculamos la descendencia de una sola de dichas bacterias en nada más que 24 horas. Imagina una Beneckea en tu interior. De momento es absolutamente inofensiva, es demasiado pequeña para hacerte nada, pero al cabo de diez minutos tienes dos, y diez minutos más tarde son cuatro. A la media hora son ocho, y así sucesivamente. Como cada diez minutos su número se duplica, podemos calcular su número en cualquier momento con potencias de dos. Partiendo de que una bacteria es 20 bacterias, veamos cómo va aumentando su número indicando entre paréntesis el transcurrir del tiempo:
20 (10 min) 21 (10 min) 22 (10 min) 23 (10 min) 24 (10 min) 25 (10 min) 26 …
Al cabo de una hora en tu organismo hay 26 = 64 bacterias, lo que no es gran cosa. Todavía. Porque cada hora que transcurre el exponente se ve incrementado en 6 unidades. Al cabo de dos horas la cantidad es de 212 = 4096 bacterias. Y en 24 horas habrá 224•6 = 2144 = 2,23 • 1043 bacterias, ¡un número con 44 cifras! Para visualizar la cantidad que suponen tantas bacterias, podemos calcular su masa. Considerando 1 pg (10-12 g) como el promedio para cada una, la masa total se obtendrá al multiplicar tan ingente cantidad de bacterias por dicha masa, lo que da algo más de 2 • 1031 g, es decir 2 • 1028 kg, 20 000 cuatrillones de kilogramos. La descendencia de una sola bacteria, 24 horas después, tiene una masa superior a la de 3000 planetas como el nuestro. Si nada lo frena, el límite de este proceso es el infinito.
lunes, 29 de marzo de 2010
Cara de pato
Este mamífero con pico de pato, que vive en estado salvaje en el este de Australia y en la vecina isla de Tasmania, tiene como parientes cercanos dos especies de equidnas, y con ellos termina el reducido orden de los monotremas, una de las estirpes más antiguas de los mamíferos.
Aunque a simple vista parece que lleva un pico de pato, el del ornitorrinco es húmedo y flexible cuando el animal está vivo, y en él hay poros con sensibilidad táctil. Se alimentan de invertebrados, que entran en el pico mezclados con el fango del fondo de ríos y pantanos, fango que eliminan gracias a los bordes aserrados del pico. A diferencia de las aves, además de pico tienen dientes en el fondo de su boca, y con todas las de la ley: incisivos, caninos, premolares y molares, aunque algunos de ellos no son funcionales.
El llamativo pico no es la única característica que le distingue del resto de los mamíferos. El ornitorrinco parece un monstruo de feria, o un friki, como se dice ahora. Y es que es una colección de curiosidades:
Se reproduce por huevos (con perdón), en general dos, a veces tres, de un color blanco sucio. Para el tamaño de la hembra, de más de medio metro y kilo y medio de peso (mayor que una gallina, por compararla con "otra" ponedora), podíamos llamarlos huevecillos, pues son del tamaño de una aceituna. Y curiosidad sobre curiosidad, casi siempre están pegados entre sí. La hembra permanece en el fondo de una larga galería durante los 14 días de incubacíón, después de haber bloqueado la entrada. Eso sí, si a algún depredador le da por entrar no hace el más mínimo esfuerzo por proteger a los huevos o a la crías, si ya han nacido.
La hembra amamanta a sus crías, aunque no sé si está bien expresado, puesto que carece de pezones. A éstas no les queda otra que lamer la leche que rezuma del vientre de su madre.
El macho también tienen lo suyo, no crean. Su pene se parece más al de los reptiles que al de los demás mamíferos. Entre otras cosas porque sólo lo utiliza para la cópula; para orinar utilizan la cloaca, por donde también eliminan las heces. Además, los machos son venenosos: en el tobillo tienen un espolón hueco con el que inyectan una toxina capaz de matar un animal del tamaño de un conejo en un minuto y medio.
Otro rasgo característico de estos animales es que no son de sangre fría pero tampoco de sangre caliente. Sería muy adecuado llamarlos de sangre templada, pues suele ser de tan solo 32 ºC. Cuando hace frío desciende su temperatura corporal, aunque no llega a bajar tanto como la del ambiente. Y si es necesario, entran en hibernación.
Los ornitorrincos tienen los oídos (no tienen orejas) justo detrás de los ojos. Para que me entiendan, como si nosotros tuviéramos los oídos en el lugar de las cejas. Cuando bucean, un pliegue cierra por completo ojos y oídos, y buscan a sus presas mediante el olfato (en esto también son especiales; los demás mamíferos no podemos oler bajo el agua), el tacto y mediante una extraña capacidad: la electrorrecepción. O lo que es lo mismo, captan los debilísimos campos eléctricos generados por la contracción de los músculos.
Como les decía, el ornitorrinco es muy raro. Y para los más entendidos en biología, aún hay más: sólo las vértebras caudales presentan epífisis, los nervios espinales salen por mitad de la vértebra, en lugar de entre vértebras, los huesos craneales están totalmente fusionados, la estructura adrenal es más bien reptiliana... pero creo que con lo expuesto ya ha quedado claro que en este animal, hasta el nombre es raro.
viernes, 26 de marzo de 2010
"El problema de tener una mente abierta...
Terry Pratchett
jueves, 25 de marzo de 2010
El curioso incidente del perro a medianoche
El curioso incidente del perro a medianoche narra en primera persona la historia de un adolescente muy peculiar, Christopher Boone. El muchacho, autista, y con una mente absolutamente lógica, nos cuenta sus pesquisas para descubrir la extraña muerte de Wellington, el perro de una amiga de la familia. Su mente fría y analítica queda al descubierto en este fragmento:
Entre el tejado del cobertizo y la gran planta que cuelga sobre la valla desde la casa de al lado veía la constelación de Orión. La gente dice que Orión se llama Orión porque Orión era un cazador y la constelación parece un cazador con garrote y arco y flecha, así
Pero eso es una verdadera tontería porque no son más que estrellas, y podrías unir los puntitos como quisieras, y hacer que pareciese una señora con un paraguas que saluda, o la cafetera de la señora Shears, que es de Italia, con una asa y vapor que sale.
O en este otro:
Y él me dijo:
-¿Cuánto es 251 por 864?
Y yo lo pensé y contesté:
-216.864.-Porque era un cálculo realmente fácil, porque solo hay que multiplicar 864 por 1.000 que da 864.000. Entonces lo divides por 4 que da 216.000 y eso es 250 por 864. Entonces solo hay que sumarle otro 864 para conseguir 251 por 864. Y eso da 216.864.
Le pregunté:
-¿Es correcto?
Y Rhodri dijo:
-No tengo ni la más remota idea. -Y se rió.
martes, 23 de marzo de 2010
Bien por Ciencia para Nicolás
Cuando lo estaba escribiendo, con la idea puesta en conseguir el libro de divulgación que me hubiera gustado leer allá por mis lejanos tiempos de insituto, estaba casi totalmente convencido de que el manuscrito iba a terminar perdido en algún cajón de casa. Pero tuve la fortuna de conocer a Serafín Senosiain, alma mater de la Editorial Laetoli, quien decidió que iba a apostar por él (es la portada de la versión de su editorial la que está permanentemente "adornando" la esquina superior derecha). Gracias a Serafín existe esta versión de bolsillo, más barata, que permite que pueda ser leído por cuanta más gente, mejor. Pero aquí no termina la cosa. Es también Serafín quien ha conseguido que un primer libro de un autor español desconocido, de un género tan poco agradecido como la divulgación científica vaya por la cuarta edición en su editorial, haya cruzado el charco para venderse en la mayoría de los países americanos y que además se haya traducido al italiano, en la Editorial Marco Tropea. (¿Continuará?)
lunes, 22 de marzo de 2010
Los números de la naturaleza
domingo, 21 de marzo de 2010
Perder la cabeza por amor
jueves, 18 de marzo de 2010
El universo conocido
(Vía Noticias de la Ciencia y la Tecnología)
miércoles, 17 de marzo de 2010
La erupción del volcán Sakurajima
La imagen nos permite ver, además de la expulsión de los materiales incandescentes, la actividad eléctrica que a veces acompaña a las erupciones, similar a las de las tormentas atmosféricas. Al parecer, estos rayos son el resultado de la acumulación de cargas causada por los choques entre las partículas expulsadas por el cráter.
No menos espectacular es la instantánea que el astronauta japonés Soichi Noguchi ha colgado hoy mismo en su cuenta de Twitpic, captada desde su privilegiada atalaya en la Estación Espacial Internacional. Desde una altura (mejor que distancia a la Tierra, diría yo) de unos 360 km, se capta la verdadera magnitud de la columna de gases y humo que libera el cráter. Aunque yo, que soy muy dado a las pareidolias, no puedo evitar ver un gato fumando:
martes, 16 de marzo de 2010
Inercia
"Todo cuerpo permanece en reposo o en movimiento rectilíneo y uniforme mientras ninguna fuerza resultante actúe sobre él". Cuando lo veáis, lo entenderéis:
lunes, 15 de marzo de 2010
Una nueva cultura. Las conclusiones del CSC5
V CONGRESO SOBRE COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA CIENCIA
DECLARACION DE PAMPLONA: UNA NUEVA CULTURA
Hace once años comenzó, convocado por museos y centros interactivos de la ciencia, planetarios, instituciones de la investigación científica, universidades y administraciones públicas, un proceso de análisis y reivindicación del papel de la ciencia en nuestra cultura, de la necesidad y la oportunidad de la comunicación científica. En Granada, la declaración que partió de esa primera reunión expresaba que:
La información científica es una fecundísima semilla para el desarrollo social, económico y político de los pueblos. La complicidad entre los científicos y el resto de los ciudadanos es una excepcional celebración de la democracia. Pero, además, esa nueva cultura contribuiría a frenar las supercherías disfrazadas de ciencia, aumentaría la capacidad crítica de los ciudadanos, derribaría miedos y supersticiones, haría a los seres humanos más libres y más audaces.
Respondiendo a esa necesidad de estar informados y poder así tomar decisiones sobre nuestro futuro basados en la racionalidad y la ciencia, en estos años, se ha ido consolidando y ampliando la red de museos y centros de divulgación, con un museo nacional pujante, con nuevas unidades y agencias de comunicación científica y ampliando la oferta de formación e investigación universitarias; se están estableciendo más iniciativas que van de lo local a lo nacional, como las Semanas de la Ciencia y las celebraciones de años internacionales; ahora constatamos que la comunicación científica está escrita e inscrita en las obligaciones del Estado.
La nueva Ley de Ciencia que hoy se aprueba en el Consejo de Ministros plantea importantes oportunidades, y marca a todos los actores del sistema de ciencia la necesidad de seguir apostando por la comunicación como uno de los agentes de cambio y desarrollo social y cultural. Para conseguirlo, seguimos necesitando una mayor implicación de los poderes públicos.
Defendemos una nueva cultura, integradora y transformadora en todos los órdenes: la interacción con el público, el papel de los medios y las nuevas tecnologías de la información, la necesidad de la innovación con criterios científicos, la defensa de una educación realmente activa en la promoción de esa cultura científica y la apertura de nuevos espacios y redes de cooperación, asuntos que han sido objeto de debate en esta quinta edición del Congreso sobre Comunicación Social de la Ciencia.
Queremos además invitar a la ciudadanía para que utilice estos medios con los que la ciencia, la tecnología y la innovación se hacen públicas y participativas. Los tiempos de crisis siempre han sido el momento de analizar cómo avanzar hacia el futuro, con la creación de nuevos modelos de desarrollo. Desde el mundo de la comunicación de la ciencia ofrecemos nuestro compromiso en este reto: una nueva cultura en la que todos somos necesarios.
Fechado en Pamplona-Iruña, 4 Idus de Marzo de 2010
Lo que suscribo hasta la última coma, como no p0día ser de otro modo.
Fotografía: Mikel Goñi
domingo, 14 de marzo de 2010
Frases escogidas del V Congreso sobre la Comunicación Social de la Ciencia
En cuanto a lo que se dijo, que es lo importante, me permití apuntar un puñado de frases que por una u otra razón me llamarón la atención; si hubiera podido asistir a todos los actos serían más, pero creo que son una muestra bastante representativa de cómo están las cosas en torno a cómo se comunica la ciencia al gran público:
- "Hay que divulgar las verdades científicas y también las dudas científicas". Félix Ares
- "Por votación, la construcción del LHC habría salido que no". Félix Ares
- "Gracias a Cosmos, de Carl Sagan, la ciencia comenzó a molar". José Pardina
- "En la blogosfera hay divulgación de calidad". José Pardina
- "En el caso de la gripe se confundió alerta con alarma. La alerta estaba justificada, la alarma no". Raúl Ortiz
- "Debemos divulgar como nos hubiera gustado que lo hicieran con nosotros". Julieta Fierro
- "Sacarse los mocos con el dedo fortalece el sistema inmunitario". Julieta Fierro
- "La divulgación es la única fuente de educación para la mayoría de adultos. Debería ser tenida en cuenta en las políticas educativas". Julieta Fierro
- " El niño nace científico". Natividad de la Puerta
- "Debemos utilizar el error como fuente de conocimiento". Natividad de la Puerta
- "La divulgación, en este país, es una actividad prácticamente filantrópica". Francisco Anguita
- " El mayor telescopio óptico del mundo, el Gran Telescopio Canarias, costó lo mismo que el fichaje de Cristiano Ronaldo". Inés Rodriguez Hidalgo
- "De las cinco revistas mensuales con más de un millón de tirada, tres tratan de ciencia y una de salud". Jorge Alcalde
- "Es imprescindible el pensamiento crítico". Ismael Pérez Fernández
- "Viendo los horarios de televisión, alguien en este país debe pensar que los intelectuales no duermen". Ana Monserrat
- "Los medios tradicionales ya no son suficientes para divulgar adecuadamente". Wicho
- "La Internet permite el triunfo del aficionado". Wicho
- "Enseñanza reglada, el gran culpable del analfabetismo científico". Ramón Núñez
- "Necesitamos una nueva cultura en la que todos somos necesarios". Javier Armentia
Fotografías: Mikel Goñi
viernes, 12 de marzo de 2010
Sobre la libertad y el conocimiento
No es de extrañar el éxito de la homeopatía. Por un lado, y por desgracia, es frecuente que en los despachos de farmacia se ofrezcan “remedios” homeopáticos incluso cuando no se piden; supongo que es cuestión de rentabilidad. Por otro, y aquí reside la clave, es muy poca la gente que conoce el fundamento teórico de la homeopatía, en el cual no voy a entrar pero que se puede resumir como una sabia combinación de nada y efecto placebo, si se me permite la redundancia. De hecho, cuando consigo explicarlo brevemente, muchos se sorprenden: “Ah, pero eso de la homeopatía ¿no era lo de curarse con hierbas?” De cualquier manera, tras años de “homeopatizarse”, es muy difícil admitir que uno puede ser víctima de un engaño: “Pienso seguir con la homeopatía, porque me da la gana” (mientras te dicen esto te miran como si fueras un talibán); “porque me da la gana”: libertad, ¿no es cierto?
A otra escala, también la gente utiliza su libertad para tratar de presionar a las administraciones en pos de la retirada de las antenas de telefonía de las ciudades, o de la prohibición de los cultivos transgénicos, o del cierre definitivo de todas las centrales nucleares, o... Y hacen bien, claro. Nuestros políticos tienen siempre la vista puesta en las próximas elecciones. Por eso, no es sorprendente que muestren tanta tendencia a tomar medidas populares, aunque esas medidas tengan bien poco de racionales. Sirva como triste ejemplo la reciente regulación de las desafortunadamente denominadas “medicinas alternativas” en la comunidad catalana (decreto 31/2007 del 30 de enero).
Ahora bien, en los ejemplos citados, ¿realmente se está decidiendo libremente? Es evidente que para poder elegir debe haber varias opciones (“Puedes elegir compañera”, dijo Dios a Adán tras crear a Eva). Pero para poder elegir haciendo auténtico uso de la libertad uno debe conocer las diferentes opciones. No simplemente saber cuáles son, sino qué son, qué significan, qué se esconde en ellas. “La verdad os hará libres” es una sentencia muy afortunada. Cuando uno no sabe qué hay detrás de cada opción no puede (aunque crea que lo hace) ejercer su libertad. Si uno piensa que es igual de eficaz, o incluso más, una píldora homeopática que una de ibuprofeno, puede decidirse por aquélla, pero desde luego no lo hace libremente; quien lucha denodadamente contra la instalación de una antena de telefonía móvil porque está convencido de que va a producir cánceres entre el vecindario, no lo hace libremente: está impedido por su desconocimiento. El conocimiento necesario consistiría, en el ejemplo de la homeopatía, en su base teórica y en los estudios clínicos concluyentes sobre su (carencia de) efectividad; en el de las antenas, en la naturaleza de las radiaciones electromagnéticas y en sus efectos sobre el organismo humano. No estaría de más, en ambos casos, saber que a menudo se citan conclusiones obtenidas en estudios que pretenden demostrar la efectividad de aquélla y la peligrosidad de éstas, estudios de los que lo mejor que se puede decir es que cuando se repiten por científicos independientes no hay manera de obtener los mismos resultados. Disponer de todos estos conocimientos, de toda esta información, conduciría, sin ningún género de dudas, a actitudes bien distintas a las consideradas, por no decir opuestas.
Que falta mucho conocimiento, o de otra manera, que la ignorancia abunda, sea dicho esto con el máximo respeto, es evidente. No hay más que percatarse de la popularidad de las pseudociencias, o de los metros cuadrados de pseudohistoria en los estantes de las librerías.
La cuestión es: ¿cuál es la causa de esa ignorancia? Posiblemente se trate de la conjunción de dos factores: en primer lugar, falta de información o, peor aún, una caótica mezcla de informaciones contradictorias, que suelen ser tratadas por los medios como igualmente válidas, en el marco actual del relativismo cultural, tan políticamente correcto. Y en segundo lugar, en una alarmante falta de interés (“creer es fácil, lo difícil es saber”, una frase estupenda de la que –me vais a perdonar- no recuerdo su autor). Los educadores, como el que esto firma, tenemos la obligación moral de incidir en ambos condicionantes. Sobre todo en el segundo, mostrando que la realidad es fascinante (y debe notarse que a nosotros nos lo parece) y, afortunadamente, comprensible. Debemos lograrlo cuando aún es tiempo, antes de que la entrada en la vida adulta haga a nuestros jóvenes oyentes demasiado conformistas. Y debemos, además de proporcionarles conocimientos (cuántos de ellos se irán olvidando con el tiempo), enseñarles sobre todo a dudar -no a no creer-, a buscar fuentes fiables de información, a contrastar, a saber que hay verdades absolutas y que por tanto no son opinables...
Quizá ahora que se pone en marcha la asignatura de Educación para la Ciudadanía es el momento de hacer un hueco a esta manera de educar a nuestros hijos que no es otra cosa, si bien lo pensamos, que enseñarles a ser libres de verdad.
(Este desvarío fue publicado en Merindad y en El_escéptico_digital el año 2007).
martes, 9 de marzo de 2010
lunes, 8 de marzo de 2010
El tío Tungsteno
El tío Tungsteno es el libro de memorias en el que el Dr. Sacks relata su infancia. Desde el comienzo queda claro que fue un niño muy inteligente y con enormes ansias de saber:
Constantemente les preguntaba cosas a mis padres. ¿De dónde venía el color? ¿Por qué mi madre utilizaba la espiral de platino que colgaba sobre la cocina para encender el fogón de gas? ¿Qué le pasaba al azúcar cuando uno lo removía dentro del té? ¿Adónde iba? Por qué el agua borboteaba la hervir?
Con una mente tan inquieta no es de extrañar que se dedicara a la ciencia, y lo mismo que terminó en la neurología podía haberse dedicado a cualquier rama del saber científico. Lo raro es, de todos modos, que no terminara siendo químico, con semejante tío a su alcance:
Desde siempre le habíamos llamado tío Tungsteno, pues fabricaba bombillas con filamentos de fino alambre de tungsteno (...) Tomó un trozo más pequeño de aluminio, de superficie lisa y brillante, y lo untó de mercurio. De pronto -fue como una terrible enfermedad- la superficie se descompuso y comenzó a extenderse una sustancia blanca similar a un hongo, hasta alcanzar un grosor de seis milímetros, luego de doce, y siguió creciendo y creciendo hasta que el aluminio quedó completamente corroído. "Ya habías visto antes herrumbre, que es una oxidación, la combinación con el oxígeno del aire", dijo el tío Dave. "Pero lo que has visto ahora, con el aluminio, es un proceso un millón de veces más rápido".
El tío Tungsteno es un libro maravilloso de divulgación científica, pero es más que eso. Es, además, la historia real de un niño sumido en la Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial. Su lectura, todo un placer.
domingo, 7 de marzo de 2010
Esta semana, la ciencia es protagonista en Pamplona
Mucho más cercano en el tiempo (treinta años no es nada), tanto que algunos podemos recordarlo, "Carl Sagan convirtió la televisión en un espacio para la imaginación, la historia y la ciencia. Su serie Cosmos sigue siendo uno de los experimentos audiovisuales del siglo XX más popular, vista por cientos de millones de espectadores de más de sesenta países"
En fin, con el objetivo de "analizar cómo planificar la divulgación, la comunicación, la enseñanza, las claves variadas de una cultura que tiene que ser científica si quiere ser nueva", el Palacio de Congresos Baluarte acogerá a una buena cantidad de gente comprometida con que la ciencia pueda llegar a todos los públicos. Por cierto, este bloguero estará por allí poniendo su granito de arena en los grupos de debate en red y en la despedida, firmando ejemplares en libros&pinchos.
Les dejo con el vídeo promocional.
viernes, 5 de marzo de 2010
El poder de la mente
El pícaro Uri solía usar nitinol, una aleación que recupera la forma al ser calentada. Basta con disponer de la composición más adecuada para que este efecto se manifieste a la temperatura que se alcanza con el frotamiento. Sin embargo no era el único truco que utilizaba. Otras veces simplemente doblaba la cucharilla en el último momento, ocultándolo discretamente. Vamos, un truco barato de magia:
Lo que más teme Uri Geller, desde siempre, es que se le acerque un mago profesional, ya que sus poderes no son tales, sino trucos de ilusionismo. Pero si alguien es su bestia negra ése es James Randi, quien le ha retado públicamente, en más de una ocasión, a que manifieste sus supuestas habilidades psíquicas delante de él. Algo a lo que se niega rotundamente, claro. Pues bien, si de montar espectáculo se trata, mucho mejor que Uri Geller es Hugh Laurie, el actor protagonista de House, la serie del médico borde:
jueves, 4 de marzo de 2010
El fraude en la ciencia
Desde luego el mundo de la investigación científica no siempre es un mecanismo bien engrasado, y algunos hallazgos –y sus aplicaciones- tardan demasiado en ver la luz. Pero es todavía peor encontrarnos con científicos que no dudan en hacer trampa en pos del mantenimiento de la financiación, para pasar a la posteridad, o por no querer ver que la hipótesis a la que tantos desvelos han dedicado nunca se va a materializar como correcta.
Un caso muy reciente, y muy cercano a nosotros, es el del yacimiento romano de Iruña-Veleia, en Álava, donde en 2006 aparecieron grabados en fragmentos de cerámica los primeros escritos en euskera y el primer calvario, fechados entre los siglos III y IV. Las inconsistencias, como un incomprensible RIP sobre la cruz de Cristo han llevado a la palestra (y a los tribunales) al equipo del arqueólogo Eliseo Gil, después de que un comité de expertos haya concluido unánimemente que se trata de un fraude. Es posible que el engaño no haya partido del equipo de arqueólogos, pero si es así cayeron en la trampa cuando afirmaron tener “todas las pruebas” de que el hallazgo era auténtico. Sería un caso parecido al ya clásico de Paul Kammerer, a quien una cruel broma de sus ayudantes (inyectaron tinta en las patas a generaciones de sapos parteros) le llevó a concluir que Darwin estaba equivocado, y que la evolución era tal y como la había expuesto Lamarck: que los caracteres adquiridos se transmiten a la siguiente generación.
En la historia de la ciencia se han destapado muchos casos de fraude. Quizá recuerden el caso del coreano Hwang Woo-Suk, que consiguió nada menos que la portada de la prestigiosísima revista Science con su técnica de clonación de seres humanos. Al poco, la revista tuvo que admitir, para su sonrojo, que todos los datos habían sido falsificados. También le colaron un gol a la otra biblia de la ciencia, Nature, cuando en 1988 el homeópata Jacques Benveniste (en la fotografía) publicó su artículo en el que demostraba que el agua tiene “memoria” y es capaz de “recordar” las sustancias que en ella se han disuelto, lo que vendría de perlas para argumentar la magia homeopática. Al menos, los editores insistieron en condicionar la publicación a que investigadores independientes repitieran el experimento. Así se hizo, y jamás se consiguió el sorprendente resultado de Benveniste.
El hombre de Piltdown (a quien llegaron a clasificar como Eoanthropus dawsoni), un ser humano con un cerebro grande y con mandíbula simiesca, hallado en la época en que el “eslabón perdido” era el Santo Grial de la evolución humana; el impresionante hallazgo de la tribu filipina de los tasaday, tan en la edad de piedra que no tenían ni armas para cazar; o el anuncio de la fusión fría, que resolvería de un plumazo y para siempre el problema energético, son algunos de los casos más sonados de fraude científico.
Que los científicos sucumben a la tentación de engañar (o de no poner mucho interés en revisar resultados improbables que sustentan sus ideas) es evidente. Pero si algo bueno hay en la ciencia es que, tarde o temprano, se destapa el fraude. Que alguien repita tus experimentos para comprobar tus afirmaciones forma parte del juego científico. Por eso la ciencia es, casi con total seguridad, la ocupación donde más difícil se hace mentir, y como contraprestación, si estás en lo correcto, se va a saber. Por cierto, Warren y Marshall, los de la gastritis, fueron finalmente recompensados con el Nobel.
(Este desvarío ha sido publicado en Merindad).
miércoles, 3 de marzo de 2010
Los Luthiers explican el Teorema de Tales
Tales de Mileto fue el primero de los siete sabios de Grecia, y profesor de Aristóteles, casi nada. Hay dos teoremas geométricos que llevan su nombre. El primero de ellos dice:
"Si por un triángulo se traza una linea paralela a cualquiera de sus lados, se obtienen dos triángulos semejantes". Y, por tanto: "Si las rectas a, b, c son paralelas y cortan a otras dos rectas r y s, entonces los segmentos que determinan en ellas son proporcionales".
¿Cómo? ¿Que no lo ven? Entonces no se pierdan la explicación de Les Luthiers, mucho más interesante que la de cualquier profe de matemáticas. Así tendrían que ser todas las clases en la ESO. No sé si aprenderíais más, pero sí que os aburriríais menos.
(Vía Zernebock)
lunes, 1 de marzo de 2010
Masa sin peso. ¿Podemos con ella?
- Suponed que estáis en una nave espacial en situación de ingravidez. ¿Cuánto pesa un lápiz?
- Nada- contestan pupilos y pupilas.
- Correcto. ¿Y un bidón con 50 litros de agua?
- Nada, tampoco tiene peso.
- De acuerdo. Entonces, ¿es igual de sencillo levantar -o desplazar, por usar un término más adecuado a la situación- un bidón de cincuenta litros lleno de agua que un lápiz?
- Sí, puesto que ninguno de los dos pesa.
(No es cierto que todos respondan. Siempre hay quien opta por callar porque ya saben cuál es mi estilo. Me gusta plantear preguntas que tienen una respuesta aparente que termina siendo equivocada como, por supuesto, en este caso).
Hora de repasar los principios de la dinámica. El primero dice que todo cuerpo opone una resistencia (inercia) a variar su estado de movimiento, lo que incluye el reposo. El segundo no es más que una ampliación del primero, y nos dice que es la masa del cuerpo la que le proporciona esa resistencia; por eso se habla de masa inercial. La ecuación que representa esta segunda ley es muy sencilla: F = m.a, siendo F la fuerza que hay que aplicar a un cuerpo de masa m para conseguir que adquiera una aceleración a (la aceleración es la manera de medir el cambio del movimiento). Si el bidón tiene una masa 3000 veces superior a la del lápiz, entonces moverlo de la misma forma requiere un esfuerzo 3000 veces mayor. Pero además existe una tercera ley de la dinámica: el principio de acción y reacción que dice que si un cuerpo A ejerce una fuerza sobre un cuerpo B este hace, simultáneamente, una fuerza sobre A idéntica y de sentido contrario. Dada la diferencia de masas entre un lápiz y una persona, ésta no apreciará el efecto. Pero si quiere mover el bidón convendrá que se ancle en algún sitio, o comenzará a moverse en sentido contrario al bidón. Y como las leyes físicas son inexorables, eso es lo que hay: de moverlos con la misma facilidad, na de na. Y como siempre hay alguien que no lo capta, suelo terminar añadiendo:
- ¿Os imagináis a un astronauta, de reparaciones en el exterior de la nave, volteándola como si nada? Pues entonces.