Durante una tormenta, se producen fuertes corrientes ascendentes en el interior de la nube, que puede alcanzar más de diez kilómetros de altura. Estas corrientes separan las cargas positivas y negativas, acumulándose gran cantidad de carga electrostática. Cuando la carga se hace lo suficientemente intensa, el aire actúa como conductor y se produce la descarga, que se manifiesta en forma de rayo. El fogonazo que vemos es tan rápido e intenso que nuestra retina lo capta como un fenómeno prácticamente instantáneo. Sin embargo, el rayo avanza ramificándose, como podemos ver aquí:
Me encantan este tipo de vídeos en cámara superlenta. Gracias.
ResponderEliminar¿Me ha parecido que el rayo-fogonazo final sube en en vez de bajar?
ResponderEliminar¿Esto es así siempre? En vez de en caernos rayos, ¿deberíamos asustarnos de no soltarle un rayo a una nube?
¿O dependerá de los rayos?
Me encantan las tormentas. Desde lejos y a cubierto, claro.