"Ten presente también, Nicolás, que dentro del grupo de los investigadores científicos hay todo un mundo de posibilidades: los hay con horario de entidad bancaria y otros en los que las horas no cuentan; los hay que requieren bata blanca, o trajes protectores contra el calor volcánico, o botas y casco de seguridad, o escafandra, o equipo de escalada; los que se desarrollan en túneles subterráneos, en la Antártida, en el dosel de la selva tropical, en una excavación arqueológica en el desierto, en un batiscafo, en la Estación Espacial Internacional o, por supuesto, en un laboratorio de la universidad; los hay que requieren el uso de microscopio electrónico, o de un radiotelescopio, o de un fusil de dardos narcóticos, o un acelerador de partículas, o un satélite artificial, o tubos de vidrio, o un visor de infrarrojos, o una red cazamariposas; los que te obligan a vivir en la misma ciudad todo el año y los que te posibilitan conocer el mundo, los hay que te permiten la soledad y los que te mantienen en la convivencia forzosa… los hay para todos los gustos."
(Servidor, Ciencia para Nicolás)
Cuando escribí este fragmento no sospechaba que el oficio de científico podría llegar a exigir ir vestido de... peluche gigante. La foto de debajo fue tomada en la reserva natural de pandas de Wolong, en la provincia china de Sichuan. La escena forma parte de una estrategia de reintroducción en la reserva de pandas nacidos en cautividad. Desde su nacimiento, todo el personal que entra en contacto con ellos debe llevar el "pandauniforme": para que los pequeños pandas tengan alguna oportunidad para sobrevivir no deben haber tenido contacto con seres humanos.
Todo sea por la ciencia. Y por la supervivencia de tan emblemática especie.
(Vi la noticia en The Telegraph)
Me ha emocionado esta entrada. Enhorabuena. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLo había visto en el libro :)
ResponderEliminar¡Qué bueno! Me ha recordado a esta viñeta de Forges:
ResponderEliminarhttp://img641.imageshack.us/img641/829/biologosforges550x383.gif