"Algunos casos son debidos a trastornos psiquiátricos como la personalidad antisocial, el desorden bipolar o la esquizofrenia. La homeopatía ha resultado eficaz en esos casos, dando a la gente una segunda oportunidad para adaptarse a la comunidad y vivir en sociedad".
Son un par de extractos de un artículo publicado en Hpathy. Para que veáis que no me lo invento, ahí va una captura. Si pincháis en ella podéis acceder al artículo completo. Delirante. ¿Delincuencia?
Y la paz en el mundo!!!
ResponderEliminarSe me ocurre una forma para acabar con la tontería de la homeopatía. Acusarles formalmente de intoxicación por alguno de sus productos. Me haría gracia verles en el juicio demostrando que es imposible que sus productos provoquen intoxicaciones porque son agua y/ó azúcar.
ResponderEliminarSe les podría acusar de no haber evaluado los efectos secundarios que a nivel cuántico/fluzítico provocan sus preparados.
Esto es gravísimo. ¿QUé pasará si alguien confía en esa sarta de mentiras y muere apaleada a manos de su pareja? FInjirán que no ha sucedido, supongo.
ResponderEliminarPues pasará lo mismo que si muere de cáncer por no tratarse: nada.
ResponderEliminarLo que no entiendo es lo del anacardo... ¿qué tendrán que ver los pobres frutos secos con la violencia doméstica? Puestos a decir estupideces, podría proponerse el uso de Lacrimarum Uxorii. A ver cómo justifican ir por ahí recogiendo las lágrimas de las mujeres pegadas
ResponderEliminarAzucar y sal.
ResponderEliminarNatrum Muriaticum = Cloruro de Sodio = Sal común
El hecho es que los alimentos muy salados, cuando se comen en exceso, provocan calor y sed, mientras que la sal que se encuentra en la punta de un cuchillo, cuando es tomada por una persona sana con sed a causa de la falta de bebida, alivia su sed. Esta experiencia solo parece dar algunos indicios de un cierto efecto perjudicial de la sal de cocina cruda, y también para indicar alguna virtud que corresponde la curación homeopática.
Las enfermedades crónicas, su peculiar naturaleza y su cura homeopática.
por el Dr. Samuel Hahnemann
Bueno, sal no sé, porque...
ResponderEliminarSe disuelven 14.1747 gramos (media onza) de sal común de cocina en 0.04436029453125 litros (una onza y media) de agua hirviendo, destilada con el fin de liberarla de sus sales asociadas, se filtra a través de papel de impresión, y se deja cristalizar por evaporación a una temperatura de 50 ºC (122ºF). Los cristales, que se dejan secar sobre papel secante, serán de forma cúbica con hendiduras piramidales en todas las caras. Se tritura un grano de estos cristales a la atenuación de un millón, y luego se disuelve a la atenuación decillón(*) según se explica en la primera parte de este tratado.
Las enfermedades crónicas, su peculiar naturaleza y su cura homeopática.
por el Dr. Samuel Hahnemann
(*)¿Un decillón como cuánto es?