La fuente del DNA que les permitía traer a la vida aquellos formidables reptiles era el tubo digestivo de mosquitos preservados en ámbar. Con las actuales técnicas de clonación, las mismas que permitieron crear a la oveja Dolly, no sería descabellado pensar en la posibilidad de hacer real un Parque Jurásico (o mejor, un Parque Cretácico, pues los reptiles de la obra pertenecen a este periodo, posterior al Jurásico) siempre que encontráramos una muestra de DNA lo suficientemente intacta.
El paleogenetista Morten Allentoft obtiene una muestra de un hueso de moa. Fuente: Nature. |
No me había fijado que eras el autor cuando la he leído esta mañana en Naukas: ¡me ha encantado!
ResponderEliminarMe gustó mucho la novela, aunque el autor se aproveche de meter a un matemático como personaje y así hacer su propia teoría del caos, jeje.