Los magos profesionales (o ilusionistas, como deberíamos llamarlos) no tienen poderes mentales. Sus trucos aprovechan efectos físicos, psicológicos y químicos, como el que os quiero mostrar ahora. La mente, que sepamos, no tiene la capacidad de mover objetos a distancia; la telequinesia no existe (¿quién dijo aquello de que "el que sea telequinésico que levante mi mano"?)
De cualquier manera, lo de doblar cucharas es un truco muy efectista. En el vídeo, Hernán Toro, azote de charlatanes:
Cuestión de química. Si quieres sorprender a tus amigos doblando una cuchara, no tienes más que cortarla y volver a soldarla con:
a) Opción cara. Galio, un metal cuyo punto de fusión es de 30 ºC. Con el calor de los dedos, en pocos segundos se reblandece.
b) Opción barata. Nitinol, una aleación de níquel y titanio que tiene una curiosa propiedad conocida como memoria de forma. Si le das una forma en caliente, cuando en frío la cambias vuelve a la posición original al volver a calentarlo. Una imagen vale más que mil palabras:
(Imagen vía) |
muy bueno :O
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