Hace unos días me encontré con esta publicación de Facebook y me dio que pensar. O me recordó, más bien, algo sobre lo que ya había reflexionado.
Empiezo hablando de la asignatura de Física y Química de la etapa de ESO. Según el BOE del 3 de enero de 2015, referido a la LOMCE (Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa), entre los contenidos de 2º y 3º nos encontramos con lo siguiente:
"Formulación y nomenclatura de compuestos binarios siguiendo las normas IUPAC".
Así que aquí tengo a la muchachada aprendiendo que si el hierro tiene como símbolo Fe y valencias dos y tres, o que el yodo, con ye, es I, con i latina, y 1, 3, 5, y 7. Para que pronto sepan cómo se formulan los hidruros y demás.
No creáis que semejante desbarrada es algo nuevo, qué va. Yo, que estudié la EGB, ya tuve que enfrentarme al listado de símbolos y valencias y a los anhídridos (que han pasado a la historia) en épocas vitales tan tempranas. Lo odiaba. Y ahora que lo veo desde el otro lado de la barrera, como docente, me doy cuenta de que con esto se consigue, fundamentalmente, cercenar alguna posible vocación en el campo de la química. Sin la más mínima duda, y creo que no es necesario entretenerme en explicarlo.
Se puede enseñar química, y muy bien, en la etapa de enseñanza obligatoria, a quien no conoce los fundamentos de la formulación y la nomenclatura. Sin ellos se puede entender perfectamente que la fórmula del ácido sulfúrico, H
2SO
4, representa una molécula formada por dos átomos de hidrógeno, uno de azufre y cuatro de oxígeno. Se puede entender el proceso de Haber para sintetizar amoniaco y la estequiometría de esta y de otras reacciones químicas. Y a lo mejor, solo a lo mejor, prescindiendo de la unidad de formulación y nomenclatura ganamos para la ciencia un puñado de químicas y químicos (por cierto, químicos son personas, no peligrosas sustancias artificiales). Porque estamos hablando, no lo olvidemos, de 2º y 3º de ESO, con unos contenidos dirigidos a todos.
Volvamos a lo de la evolución. En el currículo de Biología y Geología aparece por primera vez en 4º de ESO, lo que significa que una parte muy grande de la población nunca va a recibir ni la más mínima noción sobre el tema. Porque, para quien no lo sepa, así como en tercero de ESO todo el mundo cursa la asignatura de Física y Química,
en cuarto hay que optar por un itinerario, y solo quienes lo hacen por el itinerario científico estudian la asignatura de Biología y Geología. Así que quien, pongamos por caso, se dirige al itinerario humanístico y termina ejerciendo como periodista, puede llegar a publicar desbarradas como estas:
La evolución biológica no es meramente un asunto "para los de ciencias". Es mucho más que eso. Tiene que ver con la percepción que el ser humano tiene de sí mismo. Somos seres vivos, somos una especie más del inmenso árbol de la vida, y conocer nuestro lugar en el inmenso ramaje del árbol y las relaciones de parentesco que nos unen al resto de las especies debería formar parte de los conocimientos mínimos que los ciudadanos llevaran en su mochila intelectual al abandonar la enseñanza obligatoria. Incluso, si un día se llegara a enseñar Filosofía en la ESO (podéis decir que soy un soñador pero no soy el único, que diría Lenon), habría que hacer referencia a la evolución biológica. Como cuestión filosófica, sí. Por ejemplo, para que gente como Juan Manuel de Prada no intoxique a mentes poco informadas; no os perdáis
este estupendo análisis de Aberron de uno de sus artículos.
No he querido fijarme más que en estos dos ejemplos, formulación y nomenclatura de sustancias inorgánicas y evolución biológica, para constatar que valdría la pena hacer una buena revisión de los currículos de ciencias en la ESO. Porque es probable que haya otros casos de "inconveniencias". En el área de la ciencia y en el resto, por supuesto. Seguro que otros colegas de profesión tienen sus aportes que hacer. Bienvenidos sean.