Recibo un correo electrónico de esos que algunos reenvían a todos sus contactos con la siguiente leyenda:
"Curiosidad cientifica.
¡Pasa el ratón sobre cualquiera de las 24 vértebras de la columna vertebral humana!
Desplaza el cursor lentamente, no te pierdas ninguna. Es una demostración de cómo la columna vertebral afecta al cuerpo entero; verás las partes que se ven afectadas".
Y con un enlace muy curioso a una aplicación de una web quiropráctica norteamericana,ChiroOne, con el título
¿Cuándo fue la última vez que comprobaste tu columna? (pinchando en la imagen llegáis a la web):
Es una aplicación muy bien hecha, salta a la vista. Como indica la leyenda, poniendo el cursor sobre cualquiera de las vértebras se ven las distintas partes del cuerpo que están conectadas con ella. Esta conexión entre las vértebras y el resto del organismo es la piedra angular de la quiropráctica.
Como es habitual en muchas pseudomedicinas, la quiropráctica nace de los delirios de una única persona. Como se puede leer en
MedlinePlus, la web de los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos (y muy poco crítica con esta timomedicina) esta "disciplina" fue desarrollada por el estadounidense Daniel David Palmer, un curandero autodidacta, en 1895. Palmer trató a un conserje local que se lamentaba de su sordera. Cuando lo examinó, notó una protuberancia en la espalda del conserje, que atribuyó a una vértebra desplazada. Dicen que tras manipularle la espalda, el sordo recuperó la audición. También se asegura que algo más tarde sanó un problema cardiaco mediante la manipulación vertebral. Con solo estos dos casos Palmer adivinó que las enfermedades pueden ser el resultado de una columna vertebral desalineada. Estas son sus palabras:
"Una vértebra subluxada es la causa del 95% de todas las enfermedades".
¿Cómo llegó a tan osada deducción? Mediante inspiración divina, al parecer:
"He obtenido una explicación de algunos fenómenos físicos desde una inteligencia del mundo espiritual, lo que en lenguaje bíblico se conoce como inspiración".
Con semejantes mimbres no es de extrañar que la quiropráctica no tenga nada que ver con la anatomía. Las vértebras no están conectadas con el resto del cuerpo humano. En todo caso, por los espacios intervertebrales pasan los nervios que conectan la médula espinal con diferentes órganos. Pero no es eso lo que nos muestra la web quiropráctica, que por cierto contradice el caso del sordo curado por Palmer. Fijaos que Palmer notó una protuberancia en la espalda, y que manipulándola y "eliminando la subluxación" es como el sordo recuperó el oído; sin embargo en la aplicación la primera cervical (C1) conecta con el oído medio e interno, y la C2 con los nervios auditivos. El cuello, no la espalda. Pero ni Palmer ni la aplicación de ChiroOne aciertan: los nervios auditivos no salen de la columna vertebral, sino que son el VIII par de nervios craneales, que salen directamente del encéfalo: ningún desplazamiento de la columna puede causar sordera, ninguna manipulación vertebral puede curarla.
El juguetito interactivo es muy chulo, sí, pero tiene más peligro que un mono con una cuchilla. Sobre todo si vía e-mail convence a alguien de que afecciones como acné, faringitis, tos crónica, asma, trastornos cardíacos, gripe, artritis, úlcera gástrica, alergias, disentería, hemorroides... (estas y muchas más van apareciendo conforme desplazamos el cursor) están provocadas por subluxaciones vertebrales, contradiciendo todo lo que la medicina moderna sabe sobre sus causas.
Mucho peligro porque quien se lo crea puede ponerse en manos de un curandero quiropráctico con bata blanca abandonando un tratamiento efectivo de su enfermedad. Pero además, como se basa en manipulaciones intensas de la columna vertebral
la quiropráctica es una pseudomedicina especialmente peligrosa. Sus efectos secundarios son de acongojar:
Puede causar
disección de arterias del cuello, desencadenando un ictus. También puede producir
parálisis diafragmática. En otras ocasiones ha producido
trombos y aneurisma, como atestigua el protagonista de la popular serie Hércules. En casos más graves ha provocado
tetraplejia, como en el terrible caso de Sandy Nette, e incluso ha llegado a
causar muertes.
Eso, si nos fijamos en el grave riesgo que corre quien se somete a los "ajustes vertebrales" de la quiropráctica. Pero hay otros riesgos asociados a semejante desvarío pseudomédico:
Por su
abuso en la utilización de radiografías para "diagnosticar" las subluxaciones, lo que aumenta el riesgo de padecer cáncer, sobre todo en niños. O porque muchos quiroprácticos, como no podía ser de otra manera entre quienes se consideran terapeutas alternativos, están directamente implicados en
campañas antivacunación.
Tan peligrosa es la quiropráctica, tan evidentes sus daños, que existen
asociaciones de víctimas de la quiropráctica. En España,
desgraciadamente, está reconocida legalmente pero no forma parte del Sistema Nacional de Salud. La anterior ministra de Sanidad,
Leire Pajín, a punto estuvo de incluirla, pero no le dio tiempo. Esperemos que la actual ministra, Ana Mato, demuestre más sensatez contra este tipo de fraudes.