lunes, 20 de enero de 2020

Carta abierta al colegio público Príncipe de Viana de Olite-Erriberri sobre su petición de retirada del WiFi de las aulas

El pasado 14 de enero el claustro de profesores del CPEIP Príncipe de Viana de Olite-Erriberri envió una carta a todos los centros de enseñanza pública de Navarra con el asunto

"Sistema WiFi en los centros de enseñanza de la Comunidad Foral de Navarra".

La podéis leer íntegramente en este enlace.

Para la redacción de esta carta de respuesta, que hago pública por este medio, me he basado en las observaciones que muy amablemente me ha aportado Alberto Nájera, Licenciado en Física, Doctor en Neurociencias y Profesor Contratado Doctor del  área de Radiología y Medicina Física en la Universidad de Castilla la Mancha. Es autor del blog Radiandando, que os recomiendo muy especialmente; a él toda mi gratitud y reconocimiento. Esta es la carta:

Estimados compañeros docentes del CPEIP Príncipe de Viana de Olite-Erriberri:

Ha llegado a mis manos la carta que estáis enviando a los centros de enseñanza pública de la Comunidad Foral. En ella manifestáis vuestra "enorme preocupación por la instalación indiscriminada del WiFi que se está haciendo en las escuelas". Fruto de esta preocupación solicitáis apoyos para que se sustituya la red WiFi por conexiones por cable.

Comprendo vuestra inquietud, ya que consideráis que esta tecnología, hoy tan extendida, está sometiendo a alumnado y docentes a un daño potencial, tal y como recogen -aseguráis-, "numerosísimos estudios". Según dichos estudios, afirmáis que "esta tecnología no sólo no es inocua, sino que su potencial nocivo puede ser equiparado al tabaco e incluso al amianto, según científicos independientes de renombrado prestigio internacional. En el caso de los niños, los expertos advierten que el daño puede ser aún más grave ya que su sistema nervioso está todavía en desarrollo".

El documento en el que basáis vuestra argumentación es el informe Bioinitiative, que no tiene ninguna validez científica. No es una revisión sistemática, no ha sido publicado en una revista científica, ni cuenta con el consenso o aval de ninguna sociedad científica. Además, ha sido duramente criticado por constituir un ejercicio de lo que en ciencia se conoce como cherry picking o selección interesada de aquellos trabajos, independientemente de su calidad o rigor, que parecen demostrar unos postulados previos. 

De todos modos, podemos asomarnos al contenido del informe. En el prefacio se lee que "la información y las conclusiones de cada capítulo son responsabilidad de los autores de ese capítulo", algo más propio de un artículo de opinión que de un informe científico. Por otro lado, el informe está plagado de afirmaciones alarmistas expresadas de forma subjetiva. Además, se apoya en 1800 artículos que aseguran encontrar una relación entre los campos electromagnéticos y distintas afecciones a la salud, sin incluir la metodología utilizada para la selección de dichos artículos, algo imprescindible en cualquier revisión científica. Para más inri, la mayoría de ellos se han publicado en revistas sin revisión por pares (un requisito necesario para las publicaciones científicas) o en revistas de dudosa reputación, que haberlas, haylas. Los que sí cumplen los requisitos vienen a ser estudios in vitro o con unas condiciones de laboratorio que no se pueden extrapolar a la vida real. En definitiva, que los "numerosísimos estudios" a los que aludís son una falsedad. No hay una sola revisión sistemática (desde luego, Bionitiative no lo es, insisto) que lo demuestre con un mínimo de rigor.

En vuestra carta os hacéis eco de resoluciones de organismos como la Resolución 1815 del Consejo de Europa, que no es un documento científico sino político y tampoco cuenta con el reconocimiento o apoyo de ninguna Sociedad Científica del campo del Bioelectromagnetismo. Fue promovida por el equipo de Bioinitiative y seguidores, entre ellos un profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Ceferino Maestu, a quien el Colegio de Médicos de Valladolid le canceló una conferencia por su contenido pseudocientífico. El Gobierno de Navarra se adhirió de forma vergonzante (Maestu estuvo entre los ponentes), por criterios políticos y no científicos. Por cierto, Maestu estuvo midiendo radiaciones en Burlada de forma muy chapucera por nada menos que 15 000 euros... Nos lo cuenta Alberto Nájera en este enlaceQuizás no sabéis que muchos gobiernos y organismos han puesto en cuestión el informe Bionitiative, como la Organización Mundial de la Salud, la Agencia para la Protección de la Salud del Reino Unido o la Comisión Internacional para la Protección de la Radiación No Ionizante, entre otros, que podéis encontrar en este enlace.

En definitiva, las dos principales fuentes utilizadas en vuestro texto adolecen de falta de rigor científico. Si existiera una relación clara, esa evidencia, de la que decís que hay miles de estudios, estaría disponible en las revistas científicas de prestigio en forma de revisiones sistemáticas o metaanálisis, pero no es así.

Es cierto que los campos electromagnéticos asociados a las radiofrecuencias (aunque se refiere a los móviles, no al WiFi, como afirmáis) están catalogadas como un posible cancerígeno para humanos en el grupo 2B (como el extracto de Aloe vera o los polvos de talco), lo que viene a ser una clasificación más o menos provisional, como vemos en la definición del grupo según la clasificación estándar de la IARC:

"...existen pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos y pruebas insuficientes de carcinogenicidad en experimentación animal. También puede ser utilizada cuando existan pruebas inadecuadas de carcinogenicidad en humanos pero suficientes de carcinogenicidad en experimentación animal".

(Por cierto, en vuestra carta decís del WiFi que "su potencial nocivo puede ser equiparado al tabaco e incluso al amianto", sustancias ambas incluidas en el grupo 1).

También compartís el resultado de las mediciones de radiación WiFi en vuestras aulas, que en el contexto resulta muy alarmante. Nájera me informa de que el equipo que ellos utilizan cuesta 7000 euros, y calibrarlo 2500 euros, y que sospecha de la fiabilidad del instrumento utilizado en vuestro centro. Y añade que la exposición al WiFi está regulada y que los routers no emiten nunca por encima de los niveles. Generalmente están alrededor de 1000 o 10 000 veces por debajo de los límites que establece la comisión internacional ICNIRP.

En cuanto a vuestra afirmación de que "se ha constatado que la exposición a campos electromagnéticos puede producir..." seguida de una larga lista de trastornos, incluido cáncer y leucemia aguda infantil es, simple y llanamente, falsa. Nájera lo cuenta muy bien en este enlace.

Finalmente, respecto a que muchos países de nuestro entorno están retirando el WiFi de las escuelas, lo que se está haciendo es regular el acceso a Internet para evitar distracciones y accesos no autorizados, y no por cuestiones de salud.

Cualquier manual de Física de Bachillerato explica la diferencia entre radiación no ionizante (como la de la WiFi) y la ionizante, muy energética y peligrosa. La radiación de radiofrecuencia puede ser peligrosa, pero a niveles de exposición muy elevados (ejemplo, el microondas). En cambio, los niveles de exposición que se han demostrado en toda Europa en varias revisiones sistemáticas recientes sitúan la exposición personal en condiciones reales en torno a 10.000 a 100.000 veces por debajo de los límites ICNIRP, por lo que no tienen capacidad de producir ningún tipo de efecto. Una sencilla búsqueda en Internet os permitirá acceder a mucha información fiable al respecto. Os remito al blog del Dr. Nájera, Radiandando. Pero, insisto, hay muchas páginas que abordan la cuestión desde las evidencias de que dispone la ciencia.

No quiero terminar sin justificar mi intromisión al escribiros esta carta. Me he sentido obligado porque considero que, aun actuando de buena fe, lo hacéis desde una posición errónea, y porque con vuestra carta podéis alarmar injustificadamente a padres, alumnos y profesores de toda Navarra, y quizá de otros lugares, pues los medios facilitan enormemente la difusión de los documentos que alertan sobre cualquier tipo de peligro. Por eso la hago pública, para tratar de llegar más fácilmente a quienes hayan podido recibir vuestra comunicación. Os pido mil disculpas si en algo os he podido molestar; creedme que no es esa mi intención.

Un cordial saludo de vuestro compañero,

Carlos Chordá
Profesor de Ciencias de ESO en el colegio Escuelas Pías de Tafalla