La solución más habitual, al menos en los países más desarrollados, consiste en ingerir suplementos de hierro o medicamentos que incrementan su absorción, pero desgraciadamente en las zonas rurales de Camboya no están disponibles.
Aquí es donde entra Charles. Conocía estudios previos que habían concluido que cocinar en recipientes de hierro aumenta el contenido en hierro de los alimentos, así que decidió que una buena idea era introducir un trozo de este metal en la perola, que en esa zona suele ser de aluminio. Inicialmente pensó en que era una buena idea repartir lingotes de hierro, pero se encontró con que las mujeres camboyanas no estaban muy dispuestas a meterlo en la olla junto con su comida. Así que se puso a investigar en la cultura del lugar y encontró que el pez era un elemento omnipresente, así que sustituyó el triste lingote por un pez de hierro.
Un pez de hierro de humildes dimensiones y un peso de unos 200 g de los que se han repartido 9000 unidades, y que se esperan repartir muchos más gracias a la iniciativa The Lucky Iron Fish. Y la gente de aquel país asiático está esperanzada, a tenor de lo que comenta una habitante:
"Estoy feliz, porque los análisis han confirmado que padezco una deficiencia de hierro, así que espero curarme muy pronto. Además creo que a la gente del pueblo le va a encantar el pez, que es lo que comemos a diario".
El siguiente vídeo (que está en inglés), resume muy bien cómo surgió la idea del pez de hierro:
(Lo he visto en la web de la BBC, vía We Are Star Stuff)
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