Joaquín Araújo. Imagen: rtve.es |
El pasado domingo 14 de mayo estaba escuchando el estupendo programa de Radio 1 "No es un día cualquiera" cuando tomó la palabra uno de sus colaboradores habituales, Joaquín Araújo, naturalista de pro. En el siguiente enlace está la parte del programa en la que participó:
En el minuto 12.55 ya desvaría con lo de sembrar en determinadas fases de la Luna, a pesar de que Manuel Toharia asegura que no tiene ningún sentido ("como agricultor ecológico que soy", insiste, con lo que parece querer convencer a los escuchantes de que está cargado de razón).
En el minuto 24.40 habla de los "Vigilantes del Cierzo", un proyecto consistente en colocar macetas con plantas de fresas en muchos balcones y terrazas de la ciudad de Zaragoza para medir la contaminación con metales pesados. Al respecto, dice que dichos metales "se fijan entre los pelillos" de las plantas. Cuando Pepa Fernández le pregunta "de comerse las fresas ni hablemos, ¿no?" viene su alucinante respuesta:
"Si las lavas bien... evidentemente comer cosas que se ha criado en las ciudades exige un lavado..."
Pues mire usted, no. El problema de los metales pesados en el proyecto de las fresas zaragozanas y, por extensión, en los huertos urbanos, no es que estos elementos tóxicos se posen sobre la planta (que también) sino que son absorbidos por las raíces, que tienen la costumbre de succionar todo lo que esté disuelto en el suelo. Al final terminan en todas las células del vegetal. En este artículo de Magnet tenéis información sobre el peligro de los huertos urbanos. (Ojo, un huerto urbano puede ser una idea estupenda como lugar de ocio y encuentro, como elemento educativo... pero no como fuente de alimento, al menos no sin analizar antes en qué condiciones está el suelo. Si no se tiene claro, y para evitar problemas, lo mejor es cultivar plantas ornamentales).
Como el citado programa de radio tiene una gran audiencia -cerca de 900 000 oyentes- consideré, por el bien de la salud pública, que era muy importante que en el siguiente programa el señor Araújo rectificara su afirmación. Así se lo hice saber en Twitter:
En pocos minutos tenía su respuesta:
Vale, lo de lavar está bien, aunque en este caso... Bien, han pasado dos semanas (el domingo anterior no participó) y de nuevo el 28 de mayo ha estado en el programa. Ahí lo tenéis, desde el minuto 17.13 hasta el 30.18:
¿Habéis oído su rectificación? Yo tampoco. Lo que sí le he oído ha sido hablar de estudios científicos que avalan lo buenísimo para la salud que es darse un "baño de bosque". Me llama la atención su capacidad de seleccionar los estudios científicos que le gustan y ningunear los que van contra sus creencias. Como muestra, su opinión sobre los transgénicos, a años luz de las evidencias científicas, publicada en Grain en 2013:
Quiero pensar que, en lo que a la rectificación se refiere, Joaquín Araújo se ha olvidado. Porque, como dicen los más ancianos del lugar, lo prometido es deuda. ¿Quizá en su próxima participación en No es un día cualquiera?
Tiene el mismo peligro plantar un huerto urbano, que hacer una plantación cerca de una ciudad,aunque según he estudiado en climatologia en el grado de ciencias ambientales,es más peligroso plantar cerca de una ciudad que dentro de la misma ciudad ya que la misma rotación de la tierra, además de circulación atmosférica, produce que las emisiones contaminantes durante el día vayan fuera de la ciudad (ya que la ciudad es más caliente que las tierras circundantes) y por lo tanto estos contaminantes se depositan en las tierras cercanas a la ciudad, es verdad que si llueve es más peligroso plantar dentro de la ciudad por que la lluvia retiene los Contaminantes y los deposita en el suelo de la ciudad. Así que con estos datos, creo que es tan "sano" plantar en un huerto urbano como en una plantación cercana a núcleos urbanos como zonas de industria. Yo lo bueno que le veo a los huertos urbanos es que además de crear zonas de ocio ayudan a la disminución del CO2 de las ciudades, además de que provee de verduras frescas y más duraderas a los que están trabajando en el huerto urbano. Me gusta mucho tu blog, espero que subas más entradas
ResponderEliminarCon todos los respetos, Joaquín Araujo es un niño bien que ha metido la pataza innumerables veces al hablar de temas ambientales. Me sorprende que continúe pontificando a estas alturas... Un individuo que desde tiempos de Rodríguez de la Fuente, como colaborador, y viviendo muy bien como digo, fue incapaz de dar un impulso a la SEO en su día y se recluyó, presuntamente, en su finca de Cáceres para desarrollar un proyecto de agricultura ecológica que creo que solo da de comer a su familia y poco más. Sus cursilados soporíferas hace mucho que no las aguanto por mucho premio Global 500 que le dieran a instancias de amiguetes, como es costumbre en España. Conociendo al personaje, difícilmente rectificará. En fin... Hay quien nace de pie.
ResponderEliminarEn primer lugar decir que cursé mis estudios en la ETS de Ingenieros Agrónomos de Madrid, en la especialidad de Fitotecnia, como es sabido, atendiendo al fotoperiodo, hay especies vegetales de día corto y otras de día largo, según las horas de luz que necesiten para florecer y fructificar. Según queramos aprovechar estos cultivos, hoja o fruto, sembraremos, teniendo en cuenta la luz de la luna llena que alargará las horas de luz haciendo que el cultivo fructifique antes. Así que en este caso he de dar la razón al señor Araujo frente al señor Toharia, a quién admiro mucho. Lo de la Luna y el fotoperiodo está comprobado con estudios y tesis doctorales.
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