Oliver Sacks es, posiblemente, el neurólogo más famoso del mundo, gracias a su extraordinaria habilidad para contar por escrito las historias clínicas de sus pacientes de una manera muy entrañable. A partir de uno de los casos de su libro Despertares se hizo la película homónima, protagonizada por Robert de Niro.
El tío Tungsteno es el libro de memorias en el que el Dr. Sacks relata su infancia. Desde el comienzo queda claro que fue un niño muy inteligente y con enormes ansias de saber:
Constantemente les preguntaba cosas a mis padres. ¿De dónde venía el color? ¿Por qué mi madre utilizaba la espiral de platino que colgaba sobre la cocina para encender el fogón de gas? ¿Qué le pasaba al azúcar cuando uno lo removía dentro del té? ¿Adónde iba? Por qué el agua borboteaba la hervir?
Con una mente tan inquieta no es de extrañar que se dedicara a la ciencia, y lo mismo que terminó en la neurología podía haberse dedicado a cualquier rama del saber científico. Lo raro es, de todos modos, que no terminara siendo químico, con semejante tío a su alcance:
Desde siempre le habíamos llamado tío Tungsteno, pues fabricaba bombillas con filamentos de fino alambre de tungsteno (...) Tomó un trozo más pequeño de aluminio, de superficie lisa y brillante, y lo untó de mercurio. De pronto -fue como una terrible enfermedad- la superficie se descompuso y comenzó a extenderse una sustancia blanca similar a un hongo, hasta alcanzar un grosor de seis milímetros, luego de doce, y siguió creciendo y creciendo hasta que el aluminio quedó completamente corroído. "Ya habías visto antes herrumbre, que es una oxidación, la combinación con el oxígeno del aire", dijo el tío Dave. "Pero lo que has visto ahora, con el aluminio, es un proceso un millón de veces más rápido".
El tío Tungsteno es un libro maravilloso de divulgación científica, pero es más que eso. Es, además, la historia real de un niño sumido en la Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial. Su lectura, todo un placer.
El libro está fenomenal pero la traducción del título no es correcta... debería ser "Tío Wolframio"... en mi opinión,
ResponderEliminarEl título no es un problema de traducción, lo que nosotros ahora conocemos como Wolframio, antes era conocido como Tungsteno pero cuando se introdujó la nomenclatura actual su nombre cambió a Wolframio.
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