martes, 26 de octubre de 2010

Metáselo por...

Supositorio: m. Med. Preparación farmacéutica en pasta, de forma cónica u ovoide, que se introduce en el recto, en la vagina o en la uretra y que, al fundirse con el calor del cuerpo, deja en libertad los medicamentos cuyo efecto se busca.
Esta es la definición de que tan peculiar preparación medicamentosa podemos encontrar en el diccionario de la Real Academia Española, y creo que poca gente habrá que no lo sepa y que, además, no lo haya sufrido en alguna ocasión en sus propias carnes.
Pero no solo la administración de los supositorios es peculiar, sino la propia palabra: "supositorio". Si no habías caído en ello, tiene el mismo origen (en el latín) que "supuesto": supposĭtus. Aunque no se usa "supuesto" con esta acepción, la traducción más fiel sería "puesto por debajo".
En definitiva, podemos asegurar que, en sentido estricto, un supositorio es...

Lo que se pone por debajo.

Y si os parece que un supositorio es algo desagradable, imaginaos el fantástico invento de hace muchos años, del tiempo en que la radiactividad era un descubrimiento reciente y se creía que tenía propiedades curativas. Como estos supositorios, solo para hombres:


"Supositorios Vita Radium. Para recuperar la potencia sexual.
Supositorios Vita Radium, de uso rectal para hombres, restauran el tono sexual y energizan completamente los sistemas nervioso, glandular y circulatorio..."


¿Os suena este tipo de publicidad? Exacto: el mismo tipo de publicidad que encontramos, por ejemplo, en las pulseritas mágicas Power Balance.
(El anuncio lo encontré en boingboing).

3 comentarios:

  1. Al menos en este caso la radiación era real...

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  2. Ah como me dan risa esas pulseritas. Desde que yo era niño, recuerdo que vendían unas similares, con las puntas de forma ovoide. Creo que eran algo así como Nativa o NOCIVA.

    Hay un chiste de un tío que tenía diarrea y un amigo suyo, médico, le recomendó un supositorio, pero el tío este le llamó como 500 veces a su amigo, pensando que no se iba a enojar, y la última pregunta que le hizo era: qué hago con el supositorio? me lo tomo, me lo unto?...

    se enojó el doctor!!

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  3. El signo de la espada:
    El chiste no acaba ahí. Verás, el doctor le indica: "No, métaselo por el culo", y el enfermo le dice: "Bueno, hombre, tampoco hay que enfadarse, leche...." XDDDD

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