Cuando se habla del cambio climático la perspectiva suele enfocar a un plazo muy corto: casi siempre las previsiones comienzan con un "para finales de este siglo..." y expresiones similares.
Sin embargo, los efectos de la continua inyección de CO2 en la atmósfera van a ser más duraderos que unas décadas, van a cambiar las características climáticas del planeta durante muchos miles de años. Con esta premisa, Curt Stager, paleoecólogo y paleoclimatólogo en la Duke University, se aventura, ahí es nada, a analizar el cambio climático y sus consecuencias durante los próximos cien mil años de este nuevo periodo de la historia de la Tierra bautizado como Antropoceno (la era de la humanidad, dado el enorme impacto de nuestra especie) por el nobel de Química Paul Crutzen.
La modificación de la biosfera por la humanidad, el Antropoceno en definitiva, va a ser tan impactante, a decir del autor, que van a dejar de producirse las siguientes glaciaciones, posiblemente durante el próximo medio millón de años. De esto trata su primer capítulo, y remarca que se trata de un aspecto muy positivo del incremento de los gases de efecto invernadero: al fin y al cabo, la extensión del casquete boreal hasta cubrir buena parte de Norteamérica y del norte de Eurasia no es un buen asunto para nuestros remotos descendientes. El cambio climático va a traer muchas cosas negativas, pero también positivas. Crutzen no se muestra muy pesimista, y así nos lo muestra en el prólogo:
"No todo está perdido, el cambio climático no está en la lista de los peligros más mortíferos para la mayoría de los humanos; como explicaré más adelante, es casi seguro que el Homo sapiens estará aquí para experimentar los efectos ambientales del Antropoceno desde el principio hasta el fin. Y así debe ser, dado que somos nosotros quienes hemos iniciado esta nueva época".
Por supuesto, el autor no es adivino. No sabe, por ejemplo, si seremos lo suficientemente sensatos y reduciremos "pronto" nuestras emisiones de CO2 (es decir, todavía liberaremos unas 1.000 gigatoneladas) o terminaremos quemando todo el carbono fósil (5.000 Gt), lo que haría que el cambio fuera mucho mas intenso. A partir de ambas estimaciones Crutzen predice cómo se van a comportar los climas en todas las latitudes, el efecto que tendrá sobre la biodiversidad, el comportamiento físico y químico de los océanos y el efecto de este cambio químico en los organismos con exoesqueleto, la subida del nivel del mar, el deshielo permanente del Ártico, la interesante pérdida del hielo en Groenlandia o la pérdida de contenido nutritivo en los vegetales dentro de un amplio abanico de consecuencias de nuestro tecnificado modo de vida.
En fin, es este un libro que se aleja de los tópicos y sensacionalismos, tan frecuentes en un tema tan polémico como el del cambio climático y que, analizando cómo se comportó la Tierra en el pasado y considerando los datos de que disponemos, se limita a presentar cómo se va a comportar nuestro planeta y qué es lo que nos espera como inquilinos durante un futuro profundo. Con el añadido de que se trata de un texto enormemente didáctico sobre las ciencias ambientales, lo que lo hace imprescindible para comprender nuestro papel en el planeta.
El futuro profundo. Los próximos 100.000 años de la vida en la Tierra.
Crítica Editorial, S.A.
ISBN: 978-84-9892-391-9
Fecha de la edición: 2012
Colección: Drakontos
Nº Pág.: 384
Apuntado en mi lista por leer!!! :)
ResponderEliminarEntonces, ¿qué es mejor, intentar parar el cambio climático o dejar que el planeta se caliente? *Pregunta seria.
ResponderEliminarTal como dice el autor en el libro cuanto antes lo paremos, mejor. A estas alturas ya no habrá una próxima glaciación, y el resto de los efectos son, en general, negativos.
EliminarLos cambios climáticos no son radicales, son lentos, nuestra especie se va a sobreponer a ello, tambien el resto de las especies. Saludos.
ResponderEliminarAnónimo, Tal vez sea una opinión excesivamente optimista la tuya:
Eliminarhttp://www.skepticalscience.com/Can-animals-and-plants-adapt-to-global-warming.htm
Respecto a tu primera afirmación, no. Los cambios pueden ser bastante bruscos, y de hecho los datos demuestran que en este caso lo son (más rápidos de lo previsto).