jueves, 12 de abril de 2012

La cultura, todo lo que hay que saber ¡espera!

Tengo en mis manos un ejemplar del exitoso libro de Dietrich Schwanitz La cultura, todo lo que hay que saber, de Editorial Taurus. Un auténtico best-seller mundial. En la parte de arriba de la portada pone Edición especial para el profesorado, así que supongo que muchos de mis colegas lo tienen, e incluso lo han leído y, lo que es peor, les ha podido convencer.

Siempre que comento un libro le pongo la etiqueta Este libro me ha gustado, y en este caso no voy a hacer una excepción, pero solo porque la entrada va de un libro; quiero que quede claro desde ya que no me ha gustado, y no tanto por lo que en él viene como por lo que no incluye. Me explicaré echando mano del índice:

PRIMERA PARTE: SABER
I. Historia de Europa
II. La literatura europea
III. Historia del arte
IV. Historia de la música
V. Grandes filósofos, ideologías, teorías y concepciones científicas del mundo
VI. Historia del debate sobre los sexos
SEGUNDA PARTE: PODER
I. La casa del lenguaje
II. El mundo del libro y de la escritura
III. Geografía política para la mujer y el hombre de mundo
IV. Inteligencia, talento y creatividad
V. Lo que no habría que saber
VI. La reflexibilidad del saber

Hasta aquí, el grueso del libro. De los anexos, me gustaría resaltar los "Libros que han cambiado el mundo" y los "Libros recomendados", de los que comentaré algo más tarde.
Enseguida llama la atención su europeocentrismo, o su occidentalismo, si se me permiten los palabros. No hay más que ver la primera parte del índice para adivinar que el autor olvida que existen otras historias, otras literaturas, otras artes, etc. que las de occidente. Para que quede clara la intención del autor, en el capítulo III de la segunda parte, "Geografía política para la mujer y el hombre de mundo", analiza Alemania (vista desde fuera, el autor es alemán), Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, España, Italia, Austria, Suiza y Holanda. Del resto del mundo, nada. No sé yo si llamar culto a quien solo sabe de estos países.
Mucho es lo que no considera cultura, como veis. O al menos mucho lo que no considera necesario para tenerla; su introducción termina:
"El libro dotado con todo el bagaje que denominamos cultura".
Y en un blog sobre ciencia no hay que dejar pasar cuánto de ciencia incluye Schwanitz en ese bagaje: poco, muy poco. Para encontrarla hay que ir al capítulo V de la primera parte. De sus tres apartados, el tercero es "Concepciones científicas del mundo", un puñadito de páginas en las que apenas aparecen Kuhn, Darwin, Einstein y Freud (¿ciencia Freud?) más por su vertiente filosófica que por la científica.
No es necesario, según el autor, saber nada sobre el origen y evolución del universo, ni sobre la historia de nuestro planeta, nada de la composición íntima de la materia, de la transmisión de la información hereditaria generación tras generación... La termodinámica es una mera curiosidad sólo útil para ingenieros, y de la gravitación universal lo único que es necesario saber es que conviene poner barandillas en las escaleras, por si acaso. Ninguno de estos conocimientos merece una línea.
Más vale que entre los "Libros que han cambiado el mundo" incluye Cosmografía de Ptolomeo, Elementa Geometrica de Euclides, De revolutionibus orbium coelestium de Copérnico, los Diálogos de Galileo y El origen de las especies de Darwin. Porque los "Libros recomendados" de ciencia no constituyen una selección ni extensa, ni selecta, valga la redundancia.
En fin, una vez más una identificación prácticamente perfecta entre cultura y humanidades. Por mucho que desde algunos foros se hable de una cultura integradora en la que no puede quedar fuera la cultura científica seguiremos oyendo eso de "yo, es que soy de letras" para ocultar la incultura. Hay que decirlo bien alto: quien no tiene cultura científica es un inculto. Ya vale de disimulos, Herr Schwanitz.

4 comentarios:

  1. Curiosamente conozco a más gente de ciencia interesada en las humanidades, que gente de letras interesada en las ciencias... El segundo grupo me podrá achacar que las humanidades son más extensas, pero la ciencia está más presente en nuestra vida diaria de lo que reconocen los "humanistas"... Y es una lástima que a la gente de la calle le falte un mínimo de cultura científica. Si por mí fuera, aboliría la diferencia entre ciencias y letras: pienso que todos tenemos que saber un poco de todo, y por supuesto, mucho más de lo nuestro.

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  2. ¡Ni una página dedicada al Athletic! Haces bien en rechazarlo.

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  3. La entrada de Dietrich Schwanitz en la Wikipedia en castellano es un poco como su libro: mal redactada ("...arremetía contra todo tipo de temas...") muy corta en información relevante (apenas comenta nada de su supuesta obra capital, el libro protagonista de este post) y generosa con la información intrascendente ("...recibiendo esporádicas visitas de su esposa, residente en Hamburgo.", que le visitara esporádicamente su esposa me parece un dato irrelevante en una biografía de 20 líneas, mencionar además que ésta vivía en Hamburgo llega a lo estúpido) y una sola referencia, que para colomo es la noticia de su muerte. En fin, son los tiempos en los que vivimos, en los que la tecnología nos permite acceder a la información como nunca antes se ha podido, pero convirtiéndose ésta en demasiados casos en banal, superflua e intrascendente.

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  4. Es Santillana asi que eso debe decir mucho me imagino

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