No conviene que te eches a dormir a su sombra, pero harás bien si evitas incluso pasar bajo su follaje: sus frutos, llamados cocos hediondos por razones fáciles de adivinar, son grandes como un balón de fútbol, duros y pesados, y tienen la puñetera costumbre de caer sin aviso previo. Igual que los cocoteros de las paradisíacas playas de los folletos turísticos, pero menos conocido.
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Puchas!! te cae uno de esos en la cabeza y te vuelves creacionista jajajajaja
ResponderEliminarNo, ya en serio. Me gusta la forma en que lo presentas: "No eches la sombra bajo su siesta" y después: "tienen la puñetera costumbre de caer sin previo aviso" jajaja, elexcente!
no conocía la especie, es impresionante. Hasta luego
Opino igual que el comentario anterior. Me gusta tu forma de redactar
ResponderEliminarNo sé por qué, pero al leer el título de la nota, recordé mis clases de espermatofitas, particularmente un árbol de la familia de las anacardiaceae llamado "Comoclaudia engleriana", comúnmente conocido por mi tierra como "hinchahuevos" por su particular alelopatia.
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