El impresionante estudio, que seguramente pondrá patas arriba todo lo que hasta ahora sabemos sobre la historia evolutiva humana (léase esto con un tono irónico) está respaldado por el Museo de Zoología de Lausana, lo que no tiene mucho de sorprendente, dado que en él hay una sección de criptozoología gracias a las donaciones del fundador de esta pseudociencia, monsieur Bernard Heuvelmans.
Lo que sí resulta más sorprendente, por lo ridículo, es la colaboración de una segunda institución: nada menos que la Universidad de Oxford, desde donde se asegura que los resultados se publicarán en revistas con peer review, con sistema de revisión por pares. Ardo en deseos de conocerlos.
En la web de esta universidad (lo de la Lista de la vergüenza da para también para el extranjero) adornan la noticia con esta imagen de una misteriosa huella del Yeti, encontrada en 1976 en lo más recóndito del Himalaya:
La del Yeti es la de la izquierda, por si tenías alguna duda |
Desde Oxford, el profesor Bryan Sykes asegura, al parecer en serio:
"Es posible que el estudio científico de estos especímenes olvidados pueda proporcionarnos nuevas pistas sobre cómo interactuaron y se dispersaron por el mundo los neandertales y otros homínidos primitivos".
Impresionante, insisto.
En fin, si queréis conocer un poco más a fondo mi opinión sobre esta estupidez de la criptozoología no dudéis en echarle un ojo a mi El yeti y otros bichos ¡vaya timo!, cuya portada podéis ver ahí, en la columna de la derecha.
Entiendo que el señor Sykes es un científico reputado, lo que me extraña es que sea tan ingenuo. En cualquier caso, leyendo el post de la Universidad de Oxford sobre este proyecto, Sykes dice: "la mayoría de la ciencia no reconoce estos informes [refiriéndose a todo lo relacionado con la supuesta existencia de yetis varios y primates más o menos desarrollados] debido a una falta de evidencia testeable y la perspectiva de ser reivindicaciones fraudulentas. Sin embargo, recientes avances en las técnicas de los análisis genéticos de restos orgánicos proporcionan un mechanismo para la identificación de géneros y especies que es imparcial, inequívoco e inmune a la falsificación". Sykes parece guardar una cierta distancia con la criptozoología, el problema es que no se muestra más crítico con la misma. Unas muestras de pelo y restos orgánicos PUEDEN ser elementos muy valiosos, pero eso no quita que la criptozoología siga siendo una pseudociencia, y es ahí, en mi opinión, donde haría falta una declaración más contundente. De sus palabras, y presumiendo que esta persona es honesta, entiendo que las conclusiones a las que llegue el estudio (conclusiones por otra parte fácilmente deducibles: el yeti no existe) serán publicadas no solo por la Universidad de Oxford sino sobretodo por el museo de zoología de Lausana, que es quien en realidad está haciendo apología de la criptozoología.
ResponderEliminar