lunes, 30 de agosto de 2010

"Desde hace 13.500 millones de años...

"“Desde hace 13.500 millones de años existe eso que llamamos la realidad, y desde entonces muy pocas cosas verdaderamente importantes han ocurrido. La primera fue la propia creación del universo. Luego la materia se rebeló y de esa rebelión surgió la vida. Y, por fin, con el tiempo, esa vida generó un sujeto que puede preguntarse sobre su entorno y que puede modificarlo (...) Y había otra más, cuando ese conocimiento va más allá y los hombres se encuentran unos con otros”


Jorge Wagensberg

viernes, 27 de agosto de 2010

La Sinfonía de la Ciencia nos envía a Marte

Symphony of Science es un proyecto musical de John Boswell que pretende divulgar conocimiento científico y filosófico mediante la música. Lo más interesante del proyecto es que, mediante tratamiento digital, las voces de científicos como Carl Sagan, Ann Druyan, David Attenborough o Brian Cox, grabadas durante charlas y entrevistas, se transforman en canciones. En esta, su última creación, se insta a la humanidad a ir preparando la colonización de Marte. Hay más en The Symphony of Science:



miércoles, 25 de agosto de 2010

Puede que un día la ciencia lo descubra

telepatia
“¿Quién sabe? Puede que un día la ciencia descubra…” Esta reflexión puede parecer acertada, pero lo cierto es que no siempre lo es. No tanto por las limitaciones de la ciencia, que las tiene, sino por la naturaleza de lo que pueda venir tras los puntos suspensivos. La frase hace referencia a la probabilidad: “puede”. Lo que sucede es que, en algunos casos, podemos confiar en que así será, en que la ciencia tarde o temprano resolverá determinada cuestión, mientras que en otros la probabilidad se acerca mucho a cero o incluso se transforma irrevocablemente en imposibilidad.
Desde luego, no hay forma de saber lo que se va a descubrir en el futuro, sobre todo si lo que se tiene en mente son descubrimientos de tal calado que alcanzan la categoría de revolución científica: antes de Einstein, nadie sospechaba que el universo pudiera comportarse como predice su teoría de la relatividad. Sin embargo, si atendemos al estado actual de la ciencia, podemos suponer que se van a producir avances –importantes, me atrevo a añadir- en campos tan dispares como física de partículas, genética, nanotecnología, o en la comprensión de la historia evolutiva de nuestra especie aunque, claro está, desconozcamos cuáles van a ser esos avances. Por desgracia, me temo que otras cuestiones a las que muchos técnicos y científicos dedican sus esfuerzos no van a darnos muchas alegrías, principalmente por motivos económicos y políticos, si es que no son los mismos; estoy pensando en el calentamiento global.
Por el contrario, hay asuntos que la ciencia no aborda, ya que se apoyan en el absurdo. Podríamos decir que son intentos de llegar a territorios situados al norte del Polo Norte. Es imposible que un día la ciencia permita alcanzar una temperatura más baja que el cero absoluto, o que se descubra un elemento químico entre el carbono y el nitrógeno. Quien plantee la construcción de una máquina de movimiento perpetuo estará haciendo patente su profundo desconocimiento de las inexorables leyes de la termodinámica.
Sin embargo, existen ciertos “campos del saber” aparentemente (pero solo aparentemente) intermedios entre los anteriores, que pueden dar lugar a confusiones, sobre todo si uno no está lo suficientemente informado. No son territorios al norte del Polo Norte, pero… Lo cierto es que la comunidad científica no se los plantea seriamente. Algunos de ellos porque, tras años de investigaciones, jamás se han podido no ya probar, sino siquiera mantener dudas sobre su existencia. Las capacidades paranormales pertenecerían a esta categoría: percepción extrasensorial, telepatía, precognición… El fenómeno ovni, interpretado como una manifestación asociada a la inteligencia extraterrestre también debe incluirse en esta categoría.
Finalmente, otros pretendidos conocimientos no es que no reciban la atención de la ciencia, sino que ésta ha probado contundentemente lo absurdo de sus planteamientos. Es el caso de la “teoría de la Tierra plana” (no es broma), a la que unos iluminados dedican sus desvelos. O la astrología, que pretende que los movimientos de los planetas, el Sol y la Luna a través de las constelaciones zodiacales rigen nuestros destinos, o la grafología, que relaciona la escritura con el carácter, el equilibrio mental, el tipo de inteligencia e incluso con el estado de salud de quien escribe. O...
Puede que un día la ciencia descubra… Quizá, siempre y cuando “eso” esté ahí.

lunes, 23 de agosto de 2010

Un mundo feliz

un mundo feliz
Un mundo feliz, de Aldous Huxley, fue publicado por primera vez en 1932, y sin embargo parece que se ha escrito en los últimos años. Retrata una sociedad futura (año 632 después de Ford, el creador de la primera cadena de montaje, la del automóvil Ford T) en la que los seres humanos no se reproducen al estilo clásico, sino que se fabrican in vitro hasta su nacimiento de un frasco: la sexualidad es un solo un mero divertimento y quien no la practica asiduamente desde la infancia es un bicho raro...

Dependiendo de su trabajo futuro -determinado según las necesidades del estado- se clonan hasta casi un centenar de individuos idénticos. Los más clonados (los épsilon), que harán trabajos de poca cualificación pertenecen a la casta más baja de las cinco existentes; los seres dominantes son, cómo no, los alfa. En esta sociedad utópica, en la que los seres humanos se fabrican felices gracias a la hipnopedia (programación neuronal durante el sueño), alguien viene a alterar el status quo. Se trata de John el Salvaje, fruto de un inesperado error en la anticoncepción de una pareja... y no quiero contaros más. Yo lo leí con catorce o quince años y os aseguro que lo disfruté (me encantaba cuando hablaba de chicas neumáticas, pero que no se entere nadie). Ahí os pongo un fragmento:

Hombres y mujeres estandardizados, en grupos uniformes. Todo el personal de una fábrica podía ser el producto de un solo óvulo bokanovskificado.
– ¡Noventa y seis mellizos trabajando en noventa y seis máquinas idénticas! – La voz del director casi temblaba de entusiasmo. – Sabemos muy bien adónde vamos. Por primera vez en la historia. – Citó la divisa planetaria – : Comunidad, Identidad, Estabilidad. – Grandes palabras. – Si pudiéramos bokanovskificar indefinidamente, el problema estaría resuelto.
Resuelto por Gammas en serie, Deltas invariables, Epsilones uniformes. Millones de mellizos idénticos. El principio de la producción en masa aplicado, por fin, a la biología.
– Pero, por desgracia – añadió el director – , no podemos bokanovskificar indefinidamente.
Al parecer, noventa y seis era el límite, y setenta y dos un buen promedio. Lo más que podían hacer, a falta de poder realizar aquel ideal, era manufacturar tantos grupos de mellizos idénticos como fuese posible a partir del mismo ovario y con gametos del mismo macho. Y aun esto era difícil.

viernes, 20 de agosto de 2010

¡El sol se rompe!

En realidad no, pero realmente lo parece. Se trata de un espejismo poco frecuente causado por una superposición de capas de aire calientes y frías sobre la superficie del mar. Debido a las diferentes temperaturas las capas tienen diferentes densidades y, por tanto, distintos índices de refracción. El resultado, como se oye al final, es really amazing:



(Vía Atmospheric Optics)

Como podéis ver en este otro vídeo, y afortunadamente para los poco madrugadores, estos espejismos se pueden disfrutar durante los atardeceres:



(Vía HumboldtMike)

miércoles, 18 de agosto de 2010

"Inventen ustedes algo así...

"Inventen ustedes algo así", desafiaba risueñamente a los alumnos, "inventen la peonza, o la cuchara, o el lápiz, inventen el libro, que puede llevarse en un bolsillo y contiene la Ilíada o el Fausto de Goethe; inventen ustedes la cerilla, el asa de la jarra, la balanza, el metro plegable de los carpinteros, la aguja de coser, las tijeras, perfeccionen la rueda o la pluma estilográfica. Piensen en el tiempo en que algunas de estas cosas no existían"


Antonio Muñoz Molina. La noche de los tiempos

lunes, 16 de agosto de 2010

Su hija tiene dudas sobre sexualidad

Comienza charlando sobre renacuajos y ranas y termina... mejor lo veis.
(Subtítulos en español seleccionándolos en la pestaña).



viernes, 13 de agosto de 2010

¿Quién teme a la radiación?

radiation radiación
En una entrada anterior me hacía eco de un estudio que desmontaba la leyenda urbana de que la radiación de telefonía móvil produce cáncer infantil. Es lógico: estas radiaciones, por su posición en el espectro, son no ionizantes, así que no pueden alterar el ADN y, con ello, transformar una célula normal en cancerosa.
Sí que pueden hacerlo las radiaciones ionizantes, de mayor frecuencia, y son estas de las que nos debemos proteger. Sin embargo,

"Nuestra actitud ante la radiación ionizante es irracional, y sería muy positivo relajar los límites de seguridad".

Es lo que opina Wade Allison, físico nuclear de la Universidad de Oxford. Según dice, la palabra radiación atemoriza, y desde la época de la Guerra Fría se tiene el convencimiento de que la radiación ionizante puede causar graves daños sin que pueda ser sentida. Sin embargo, la radiación no es tan fiera como la pintan.
Desde la década de los años 50 del siglo pasado los límites de dosis pública se han reducido en un factor de 150; en la actualidad, el límite anual recomendado internacionalmente es de tan solo 1 milisievert (mSv) por encima de la radiación natural, de 2,5 mSv.
Es evidente que una sola dosis puede ser mortal, como sucedió en el desastre de Chernobil, en el que a los pocos días habían muerto 28 de los 237 bomberos que acudieron en las primeras horas tras el accidente. Habían recibido una dosis de unos 4 sieverts (Sv). Sin embargo, muchas personas reciben cotidianamente dosis mayores. Los tejidos en torno al tumor de pacientes de cáncer sometidos a radioterapia llegan a absorber 20 Sv, 20.000 veces más que lo recomendado y 5 veces más que los bomberos de Chernobil citados antes.
Otra pista nos la da la tasa de cánceres en Hiroshima y Nagasaki. Entre los supervivientes de las bombas atómicas, la tasa de fallecidos por cáncer hasta el año 2000 ha sido de un 7,4 %, frente a un 7 % en ciudades japonesas no afectadas por la radiación. No es una gran diferencia. Más aún: no hay diferencias significativas en ningún tipo de cáncer, en enfermedades cardiacas o en anomalías en el embarazo entre quienes estuvieron expuestos a dosis de 100 mSv (el máximo recomendado es 1 mSv) y la población en general.
Con estos datos, que bien mirados son tranquilizadores, Allison sugiere aumentar los límites de seguridad a 5 Sv durante toda una vida con un máximo de 0,1 en un mes. También apoya el uso pacífico de la energía nuclear ya que, bien gestionados, los residuos radiactivos son mucho menos dañinos para la salud y para el medio que, por ejemplo, las emisiones de las centrales térmicas.