"No olvides que la ciencia nos proporciona una forma de pensar racional, que modifica nuestro mundo a pasos agigantados y que, además, es bella". Ciencia para Nicolás
martes, 31 de mayo de 2011
El péndulo de Foucault, explicado
viernes, 27 de mayo de 2011
El electrón, o de cómo la perfección no existe, pero casi.
Un estudio que ha durado nada menos que 10 años ha revelado que el electrón es una esfera "casi casi casi" perfecta: su imperfección es de algo menos de 0.000000000000000000000000001 cm. Claro que dicho así es difícil hacerse una idea, sobre todo si consideramos que los electrones son realmente muy pequeños. En Wired, de donde tomo la noticia, proponen una excelente visualización:
"Para ponerlo en contexto, si el electrón tuviera el tamaño del Sistema Solar, no sería perfectamente esférico por una diferencia menor que el grosor de un cabello humano".
miércoles, 25 de mayo de 2011
La araña que vino del pasado
martes, 24 de mayo de 2011
La leona reportera
"Durante la toma de fotografías para nuestro nuevo libro sobre leones en la reserva Tswalu, en Kalahari, encontramos algunos leones patrullando por la zona de la cerca. Pusimos una cámara en su camino para poder observarlos, ¡pero no sabíamos que a una leona le iba a gustar la cámara y se la iba a llevar al bosque!"
(Vía Why Evolution is True)
lunes, 23 de mayo de 2011
Relájate entre medusas
JELLYFISH LAKE, PALAU from Sarosh Jacob on Vimeo.
(Vía Geekosystem)
viernes, 20 de mayo de 2011
El Consejo de Europa, el wifi y la pescadilla que se muerde la cola
Según el redactor del informe, el socialista Jean Huss,
"Esperar a que haya grandes cantidades de informes médicos y científicos antes de tomar decisiones para prevenir daños bien conocidos puede llevar a grandes costes en salud y económicos, como ha sucedido con el amianto, la gasolina con plomo y el tabaco. El principio de precaución debe aplicarse aun cuando la evaluación científica no permita determinar con suficiente certeza que existe riesgo".
En el artículo de El País podemos leer que dicho informe no hace sino restar credibilidad a la postura de autoridades sanitarias internaciones, como la Comisión Europea o la Organización Mundial de la Salud, que aseguran que estas radiaciones (menos energéticas que la luz visible e incapaces de alterar el ADN y, con ello, provocar tumores) no tienen efectos sobre la salud humana. De ahí que me resulte difícil de entender eso de "daños bien conocidos"; si son bien conocidos, ¿cuáles son? Supongo que él lo ignora y por eso no nos los señala. Para más inri, el señor Huss sugiere que quizá alguien de dentro de estos organismos está "poniendo el cazo":
"El Comité de Medio Ambiente está trabajando en el asunto de los conflictos de interés y en la urgente necesidad de una auténtica independencia de los científicos implicados en las agencias oficiales".
Casi nada. Y un poco más adelante:
"En un Eurobarómetro reciente, el 48% de los europeos afirmó que está preocupado por los efectos sobre la salud de los móviles".
Y ahí, amigos míos, está el quid de la cuestión. La pescadilla que se muerde la cola. Los políticos, esos individuos que basan sus ingresos en tener que ser elegidos por periodos de cuatro años, deciden que wifi y radiaciones de telefonía son potencialmente peligrosas, porque les conviene: hay un buen puñado de votos detrás de su decisión. Decisión que a su vez supone un argumento de peso para aquellos que están convencidos de que estas radiaciones son peligrosas ('pero vamos, si hasta el Consejo de Europa las quiere prohibir en los colegios').
En fin, parece que el hecho de que después de muchos años de investigación no exista ninguna evidencia de la peligrosidad de estas tecnologías inalámbricas no tiene ninguna importancia para esos políticos más pendientes de mantener su escaño que de gobernar según los dictados de la racionalidad. Supongo que estas lumbreras no fueron a clase el día que se habló del espectro electromagnético. Porque como se enteren de que los infrarrojos y la luz visible son radiaciones electromagnéticas mucho más energéticas y, por tanto, potencialmente peligrosas que las que pretenden erradicar de los centros educativos,
¡van a tener que prohibir la calefacción y la iluminación en los colegios!
Absurdo, ¿a que sí?
miércoles, 18 de mayo de 2011
Alas de la vida, la belleza de la polinización
lunes, 16 de mayo de 2011
La información más importante
viernes, 13 de mayo de 2011
Lo mejor del cielo nocturno
(Creado por Catherine Laplace-Builhe)
miércoles, 11 de mayo de 2011
No todo es fútbol
No cabe duda de que somos seres pasionales. Una de las principales (pre)ocupaciones de muchos, llegando a ser una auténtica obsesión, es la marcha del club de sus amores. Como si de un carácter hereditario se tratara, el gen del fútbol se transmite de generación en generación poniéndose de manifiesto el fenotipo correspondiente: camiseta oficial los domingos y fiestas de guardar, canto desaforado del himno lo mismo en cenas de cuadrilla que en la boda de la prima, odio incondicional al “otro” equipo...
Mientras no se desmadre, el apego a los colores no pasa de ser una afición tan respetable como la brisca o la pesca con cucharilla. Incluso cuando se manifiesta con un fervor que podríamos considerar como religioso. Porque lo cierto es que hay quien no termina de encontrar muchas diferencias entre los sentimientos religiosos y los balompédicos. Allá cada cual.
Sin embargo, en la vida no todo es fútbol. Bien está manifestar por el equipo un amor irracional (o arracional, si se me permite usar tal expresión: no es la razón quien guía esos sentimientos), pero este tipo de apegos no debería empapar otros ámbitos, porque entonces pueden salpicarnos a los demás. En política, pongamos por caso. Debemos tener siempre presente que los representantes que salgan elegidos, de entre lo que podamos elegir, van a tomar decisiones que nos van a afectar a todos en aspectos tan diversos como cuál va a ser el salario mínimo, por dónde va a pasar un tren de alta velocidad, qué asignaturas van a estudiar nuestros chavales o a qué edad van a poder entrar en una prisión. Hay muchos y buenos motivos para pararse a pensar, con frialdad, calculadamente, a quién vamos a dar nuestro voto. O incluso si vamos a ejercer ese derecho. Por eso me resulta bochornoso, cuando llega la época electoral, ver a esas hordas de hinchas que llenan estadios, frontones, auditorios, adorando a su equipo –político-, riendo las gracias de su ídolo y abucheando al equipo contrario. Gente que seguiría depositando una fe ciega en el líder aunque a éste le pillaran abusando de su anciana madre. A diferencia de la pasión por los clubes de fútbol, que poco (aunque a veces no tan poco) nos afecta a los que carecemos del gen, una elevada proporción de “fieles hasta la muerte” de su partido político pueden estar decidiendo el rumbo de las naciones.
Algo parecido pasa con cuestiones científicas. Por supuesto, no con todas. Nadie toma partido a favor o en contra de la ley de la gravitación universal, o de la velocidad de la luz, o de la polinización de los jazmines. En estos terrenos, las cosas son como son, y lo que pensemos de ese tipo de realidad, nos guste o no, es completamente indiferente. Debería sorprendernos, por la misma razón, el hecho de que una parte muy importante de la población elija bando –no se puede llamar de otra manera- ante la conveniencia de la vacunación universal, la peligrosidad de las radiaciones de las antenas de telefonía, el cambio climático, los cultivos transgénicos, la teoría de la evolución biológica, las centrales nucleares... Claro que todos tenemos derecho a opinar, pero los efectos biológicos de las radiaciones son tan opinables como la velocidad de la luz en el vacío; en cuanto a cuestiones como los transgénicos o las células madre, cuántos de los que sientan cátedra al respecto deberían hacer examen de conciencia y admitir lo poco que saben del tema... No voy a entrar en qué opción es la mejor, porque no me refiero a eso. Para ser sincero, yo ni siquiera lo tengo claro en algunos casos. Pero es muy fácil errar si se toman decisiones sólo porque una mayoría enarbole una bandera con la misma reflexión con que anima a su equipo de fútbol.
martes, 10 de mayo de 2011
Todo el cielo a tu alcance
(Vía)
lunes, 9 de mayo de 2011
viernes, 6 de mayo de 2011
Gracias a los libros de texto
En fin, se les ocurrió que mi aportación podía caber junto a la de divulgadores con mucho más nombre y recorrido que el mío. Con estas palabras comienzo:
"Se podría decir que soy divulgador gracias los libros de texto. Desde que comencé como profesor de ciencias en Secundaria me di cuenta de que sin nosotros, los profesores, son aquellos unos objetos de muy escasa utilidad. Porque a ver quién es capaz de entender sin ayuda la siguiente definición que proporciona un texto cualquiera de Física y Química de 3º:
Un mol es el número de átomos que hay en exactamente doce gramos del isótopo doce del carbono. Dicho número es 6,023 · 1023, constante conocida como Número de Avogadro"...
Si queréis leer la historia completa la tenéis en divulgador.es.
jueves, 5 de mayo de 2011
Hablando de Ciencia
martes, 3 de mayo de 2011
El baile de los quince péndulos
(Vía haha.nu)
lunes, 2 de mayo de 2011
Ese pequeño punto azul pálido, renovado
Pale Blue Dot - Animation from Ehdubya on Vimeo.
EARTH: The Pale Blue Dot from Michael Marantz on Vimeo.