El curioso incidente del perro a medianoche narra en primera persona la historia de un adolescente muy peculiar, Christopher Boone. El muchacho, autista, y con una mente absolutamente lógica, nos cuenta sus pesquisas para descubrir la extraña muerte de Wellington, el perro de una amiga de la familia. Su mente fría y analítica queda al descubierto en este fragmento:
Entre el tejado del cobertizo y la gran planta que cuelga sobre la valla desde la casa de al lado veía la constelación de Orión. La gente dice que Orión se llama Orión porque Orión era un cazador y la constelación parece un cazador con garrote y arco y flecha, así
Pero eso es una verdadera tontería porque no son más que estrellas, y podrías unir los puntitos como quisieras, y hacer que pareciese una señora con un paraguas que saluda, o la cafetera de la señora Shears, que es de Italia, con una asa y vapor que sale.
O en este otro:
Y él me dijo:
-¿Cuánto es 251 por 864?
Y yo lo pensé y contesté:
-216.864.-Porque era un cálculo realmente fácil, porque solo hay que multiplicar 864 por 1.000 que da 864.000. Entonces lo divides por 4 que da 216.000 y eso es 250 por 864. Entonces solo hay que sumarle otro 864 para conseguir 251 por 864. Y eso da 216.864.
Le pregunté:
-¿Es correcto?
Y Rhodri dijo:
-No tengo ni la más remota idea. -Y se rió.
Ajá, la entrada fantasma! :P
ResponderEliminarEmpecé a leer el libro y es tela de interesante el viaje a la mente de este chico.
A ver si ahora en vacaciones lo acabo.
Es un libro genial...el autor te introduce en una perspectiva completamente diferente a cualquier cosa que hayas pensado antes.
ResponderEliminarA mí me encantó el libro. Además se lo suelo recomendar a mis alumnos de inglés, porque el idioma no es demasiado difícil y es una muy buena introducción a la lectura de novelas en inglés sin facilitar.
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