La sombra de la avispa que andaba por el agua y la tensión superficial

No me digáis que no es curiosa y bonita esta fotografía publicada en Fresh Photons:

La avispa está encima del agua gracias a la tensión superficial, un efecto propio de las superficies de los líquidos, causado por las fuerzas de atracción entre las moléculas, y que hace que dichas superficies se comporten, en la zona de contacto con los sólidos, como membranas elásticas. Las patas de la avispa no se mojan porque no penetran ni siquiera un poquito en el agua.
No sé muy bien qué pinta el pobre bicho posado en el agua, y algo me dice que si pudiera tendría sudores fríos. Todavía puede salir volando, pero un traspiés y la tensión superficial lo mantendrá pegado por las alas y el cuerpo a la superficie del agua, quedando casi con seguridad tratando de despegar el vuelo pero sin conseguirlo, como hemos visto en tantas ocasiones.
La postura de nuestra avispa es más propia de los zapateros o barqueros, esas chinches acuáticas (familia hidrométridos) que se deslizan grácilmente por las aguas remansadas.

Volviendo a la foto de la avispa, lo que le da el toque espectacular es la sombra redonda de cada uno de sus seis pies, cuestión de refracción, como nos muestra el siguiente esquema tomado de It's Okay to be Smart, que aunque está en inglés se entiende perfectamente:

Queda claro, ¿no? La curvatura de la superficie en torno a la pata hace que, si la distancia al fondo es la adecuada, los rayos refractados coincidan formando un anillo luminoso que rodea una sombra circular relativamente grande. El secreto de una gran fotografía.

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